La estructura del viaje del héroe aplicada a un día normal en la vida de Pepe Gutiérrez

El mundo ordinario

Agosto. Un pisito del centro de Barcelona. El aire acondicionado está puesto, 20 grados, potencia máxima. Pepe Gutiérrez, culé apasionado de toda la vida, sentado en su sofá de orejas, se bebe una cerveza fría mientras ve una repetición del Espanyol-Barça de 2004, debut de Messi.

La llamada a la aventura

Mari Ramírez, la mujer de Pepe desde 1987, le pide que vaya a comprar el pan.

Rechazo de la llamada

Pepe dice que no.

Encuentro con el maestro

La hija de Mari y Pepe, Susana (que está de visita), le dice a Pepe que ya sabe cómo se va a poner su madre como no traiga el pan, que no quiere más disgustos, que por favor lleva un día malísimo en el trabajo y no quiere ahora que su madre se pelee con él por una barra de pan, que si no quiere ir él, que ya va ella, aunque esté cansadísima y aunque eso haga que su madre se enfade todavía más, y que…

Cruce del primer umbral

Pepe apaga la tele, coge el dinero justo y sale dando un portazo.

Pruebas, aliados y enemigos

De camino a la panadería, un hombre se le acerca a Pepe para venderle un seguro del hogar. Pepe le dice que no. Una mujer con rizos le anima a cambiarse de compañía telefónica. Pepe rehúsa. Otro señor con bigote le insta a blanquearse el ano. Pepe duda. Finalmente, se niega.

Más adelante, Pepe se para frente al paso de cebra, al otro lado del cual está la panadería. Pepe se da cuenta de que la dependienta está empezando a bajar la persiana. El semáforo está en rojo. Pepe hace gestos y grita intentando comunicarse con la panadera, pero ella no le escucha debido al ruido del tráfico.

A la dependienta le suena el móvil y lo coge. Ha dejado la persiana medio bajada.

Acercamiento

El semáforo se pone en verde. Mientras camina, Pepe (para ganar tiempo) se saca las monedas del bolsillo, tropieza y se le caen todas al suelo. Intentando recogerlas, una señora le pisa la mano. De reojo, Pepe ve que la dependienta ya ha terminado de hablar por teléfono. No encuentra la moneda de cincuenta que le falta. El semáforo parpadea. Ve que los cincuenta céntimos están bajo la rueda de un camión. Los coches empiezan a acelerar. Pepe coge la moneda, esquiva una moto y un autobús, y salta a la otra acera justo para evitar que un Jeep Wrangler le pase las ruedas por la rabadilla.

Prueba suprema

Pepe ha conseguido llegar a la panadería, enseña las monedas a la dependienta y le pide, por favor, una barra de pan, si puede ser, bien tostada. La dependienta le dice que acaba de cerrar. Pepe suplica. La dependienta se encoge de hombros y le dice que ya no le queda nada. Baja la persiana y se marcha.

La odisea

Cabizbajo, Pepe valora qué hacer. Es demasiado tarde y todas las panaderías están ya cerradas y no hay cerca ningún supermercado. Ve una moto aparcada en una esquina, se acerca, le hace un puente, se sube, coge distancia encarando la persiana metálica de la panadería, acelera y, en el último momento, salta.

La moto se estrella contra la persiana de la panadería y explota. Una llamarada envuelve el caniche (llamado Fiti) de una señora mayor que pasaba por allí. Fiti en llamas corre hasta una gasolinera cercana, donde está cargando el depósito Carmen Ramírez, una joven emprendedora de Sistrells que vende almohadas cervicales de Espumaflex®. Fiti es tan pequeño que se mete en el depósito del coche de Carmen y este explota. Carmen, también.

Un camión cisterna está descargando combustible y un trozo de cola de Fiti y la oreja izquierda de Carmen se cuelan por el boquete del depósito provocando una potente detonación que hace saltar por los aires toda la gasolinera.

Dentro de la panadería, Pepe ha encendido el horno. Mezcla harina, sal, agua templada, levadura fresca, un poco de azúcar y aceite. Lo remueve todo en un cuenco hasta integrar los ingredientes y lo deja reposar durante 20 minutos a temperatura ambiente y cubriendo la bola con un trapo.

En el boquete resultante de la explosión de la gasolinera (del tamaño de medio Bernabéu), se desmoronan dos edificios y se estrellan treinta y nueve coches. Salen trozos de personas volando por los aires que impactan en ventanas de edificios a cientos de metros a la redonda, añadiendo nuevos tropezones al plato de macarrones a la boloñesa de Joaquín García, un niño al que no le gustan los macarrones a la boloñesa.  Los nuevos ingredientes hacen que se lo coma todo y pida repetir.

Transcurrido el tiempo de reposo, Pepe da forma a la masa y la introduce en una bandeja de horno. Hace dos cortes en la superficie con un cuchillo y la espolvorea con harina para darle un aire rústico. La cuece a 200 ºC con calor arriba y abajo durante 45 minutos.

Un pie de Carmen atraviesa la cristalera del restaurante L’ Escamarlà e impacta en la cabeza de Alfredo Rodríguez, quien tras tomarse la tarta «Muerte por chocolate», estaba pidiéndole matrimonio a Sara Romero, con la que llevaba saliendo desde los once años. El golpe le causa un traumatismo craneoencefálico, que no le impide terminar la frase. Sara, llena de entusiasmo, acepta.

Recompensa

Pepe saca la barra de pan del horno calentita y recién hecha.

El camino de vuelta

Al salir de la panadería, un capó de coche carbonizado está a punto de aplastar a Pepe. Unas palomas calcinadas caen sobre Pepe. Algunas, todavía con vida, intentan comerse su pan. Pepe pelea con ellas. Una cañería de agua revienta y casi le empapa el pan a Pepe. Pepe tropieza con unos cascotes y el pan se le cae al suelo sobre una mierda de perro.

La resurrección y el retorno con el elixir

Pepe limpia el trozo de pan y llega a casa, donde su mujer y su hija le están esperando. Pepe corta el pan, pero dice que no quiere, que no le apetece comer. Cuando su mujer y su hija le llaman la atención de lo mal cocido que está el pan, la forma tan rara que tiene y su asqueroso sabor y olor, Pepe se encoge de hombros, coge una cerveza, enciende el aire acondicionado y se sienta en su sillón de orejas.

En la televisión aparece Antonio García Ferreras, quien describe las imágenes de explosiones y personas descuartizadas de una reciente catástrofe todavía sin determinar. Pepe cambia al canal del Barça, donde acaba de comenzar la repetición del Real Madrid-Barcelona, temporada 2008/2009. Le da un traguito a su cerveza, se frota las manos y sonríe.

Toni Cifuentes
Toni Cifuenteshttps://autotomiarelatos.wordpress.com/
Toni Cifuentes es guía, corrector de textos y escritor (cuando puede o le dejan).

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