Lejos quedó aquella época en la que revistas, maquinitas de tetris y amigos nos acompañaban a la hora de hacer nuestras necesidades. Hoy en día, el smartphone se ha vuelto un elemento imprescindible para ir al baño. Descubra, según los últimos estudios, cómo van al baño los españoles en 2022.
Existen dos grandes core a la hora de ir al baño. Los que van al baño como un mero trámite, conocidos como sit & go poopers, y los que van al baño como un ritual, conocidos como espiritual poopers. El 99% de las personas se encuentran en esas dos grandes franjas sociales y no quieran saber qué demonios hace ese otro 1%.
Este estudio se centra en los espiritual poopers. Que son ni más ni menos que el 69% del total, es decir, casi 7 de cada 10 personas posee un ritual o comportamiento recurrente a la hora de ir al baño. Algo de lo que difícilmente se hablará en sociedad.
Cabe resaltar. Que entre 2019 y 2022 los espiritual poopers aumentaron del 56% al 79%. Esto es debido al confinamiento que terminó con la presencialidad en las oficinas. De esta forma, un gran número de personas que hacían sus necesidades en el trabajo, conocidos como paid poopers, pasaron a hacerlo en casa de forma relajada y gustosa, convirtiéndose en espiritual poopers. A este fenómeno se le conoce como el crack paidpoop del 21.
Según los datos recabados, el smartphone se ha convertido en una parte importante del proceso. Un 91% de los espiritual poopers acuden al baño con él y reconocen que, si no lo encuentran, se ponen a buscarlo. El nivel de emergencia en esta búsqueda está relacionado con la intensidad del apretón o poop handshake.
Pero ¿Qué hacemos en el baño con el smartphone? Los datos son claros.
Twitter es el rey. El 49% de los espiritual poopers pasan el rato en Twitter mientras hacen sus necesidades más elementales.
Un 36% de todos los tuits son enviados desde un retrete. Y cerca del 77% son leídos desde el mismo lugar. Incluyendo los tuits de instituciones oficiales.
Otro 26% de los espiritual poopers contesta whatsapps de texto pero solo un 2% se atreve a contestar los audios. La confianza en los esfínteres continúa muy deteriorada.
Un 14% juega a videojuegos. Este subgrupo dentro de los espiritual poopers, conocido como poopgamers, está en auge.
Un 5% reconoce que continúa trabajando. Incluso en videollamadas. Este porcentaje ha pasado del 0% al 5% como consecuencia del crack paidpoop del 21.
Existe un conglomerado que abarca el 5% que escucha música, lee libros, aprende idiomas e incluso llama a su madre.
Y solo un 1% piensa. Está demostrado que pensar ayuda a tomar mejores decisiones. Aún así esta práctica ha caído en el olvido. También en el baño.
Por último, queríamos dotar a este estudio de un toque humorístico. Un 28% de los espiritual poopers reconoce que, si no tiene el smartphone, echa mano del bote de champú para leer la etiqueta. ¿A qué es gracioso? Es la monda. En fin.
Esperamos que les haya complacido este informe y, sobre todo que lo hayan leído desde el baño.
*Por respeto, este estudio ha sido recopilado y escrito íntegramente desdeel retrete.