El domingo 22 de diciembre, a las 22:35, un objeto desconocido sobrevuela la localidad rural de Novy Ropsk, al norte de Ucrania. Nikolái Gólubev reclama al piloto que se identifique. Escucha un rumiar y chasquidos, con lo que informa al comandante Fyodor Kozlov, del Centro de Comunicaciones del Comando Central, quien ordena lanzar un misil interceptor 48N6DM (por si acaso).
El impacto se produce sobre el museo de la Amistad de los Pueblos de Klímovo.
El soldado Bogdan aparca el todoterreno Partisan One, lo desmonta y lo esconde detrás de un seto. Tras recorrer novecientos seis metros, descubre que el objeto derribado es un trineo cargado con un montón de cajas y sacos llenos de regalos (ahora calcinados). En medio del bosque (entre el fuego y pedazos de reno y nieve derretida), encuentra el cadáver descuartizado de Papá Noel.
El comandante Fyodor, tras llegar el lugar, ordena que llamen de inmediato al Comandante en Jefe Vladimir Putin, quien a su vez llama al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para comunicarle lo ocurrido.
Entre el follaje, Brillantito Järvinen (elfo que acompañaba a Papá Noel en las maniobras rutinarias con el trineo y que consiguió saltar antes de la explosión), observa la terrible escena con lágrimas (heladas) en los ojos y un trozo de cuerno de reno clavado en el vientre.
EE.UU. y Rusia ponen en marcha (y de forma urgente) la construcción de un nuevo Papá Noel (tras darse cuenta de que ningún ser humano normal tiene un saco mágico con miles de millones de juguetes y capacidad para repartirlos en tiempo récord).
La misión recibe el nombre de Papa Noel’s Construction Secret Project Because We Killed Him With a Missil Accidentaly (PANOCONSSEPROBEWEKIHIWIAMIAC, para abreviar). Si no lo consiguen, los niños y niñas del mundo se quedarán sin juguetes y será una Navidad muy triste.
Un centenar de técnicos especialistas y científicos rusos y americanos se reúnen en los sótanos de un Starbucks. El jefe del Estado Mayor del Ejército de EE. UU. (Randy) y el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia (Valeri) les explican la tarea tan importante que deben de hacer. Cuando les informan de que tan solo tienen un día para ello, Stuart Milton (el jefe del proyecto) explica a su vez que es imposible y expone de forma detallada (y en una pizarra Vileda) cada uno de los puntos que justifican tal circunstancia. El resto de científicos y técnicos están de acuerdo, pero después de que Randy le pegue un tiro en la cabeza a Stuart y Valeri otros cinco en los huevos, ya los científicos y técnicos responden que seguro que lo consiguen.
Al día siguiente, Randy y Valeri aparecen de nuevo para comprobar los resultados obtenidos. Los americanos (asesorados por Elon Musk) han construido el PetaNoel Tesla Max Hurrican Overload 3000 (PeNoTes, para abreviar), el cual dispone de un cañón hipersónico capaz de lanzar ciento cincuenta y siete juguetes por segundo, ocho estatorreactores de combustión supersónica y cambio automático.
Los rusos han construido el Ded Moroz Catapult Su-60, superarticulado, con seis motores turbofan Ivchenko-Progress D-18T, capacidad furtiva, multirrol y posibilidad de carga de hasta 250 toneladas de regalos. Además, han fabricado un Lada 4×4, 5 puertas, en rojo y blanco, Christmas Special Edition.
Yushchenko (el nuevo jefe de los técnicos y científicos), advierte (entre sudores) a Randy y a Valeri de la necesidad de hacer pruebas para comprobar que todo está en orden antes de la presentación pública. Valeri y Randy le pegan un tiro a Yushchenko y entonces uno de los técnicos les dice que, joder, que no hace falta pegar tantos tiros, coño, que si es que no, que lo digan y ya está. Le pegan un tiro a él también y el resto de técnicos y científicos dicen que todo OK.
La Federación Rusa presenta a Ded Moroz Catapult Su-60 y al Lada 4×4, 5 puertas, Christmas Special Edition en la Plaza Roja en un desfile militar muy sobrio.
Elon Musk se encarga de presentar a PeNoTes en los estudios de la Warner Bros en Burbank. Allí hacen un show televisado y un colaborador le lanza una bola de hierro a uno de los cristales blindados de los ojos y lo rompe. Luego le tira de un alerón y se le cae. Después, le pega con un palo de hierro en la espalda y se la abolla.
El mundo acaba de descubrir la triste (y accidental) muerte de Papá Noel, pero al mismo tiempo da la bienvenida a las nuevas versiones hipermodernas y ultramejoradas.
A la hora cero del 25 de diciembre, los nuevos papanoeles high tech y el Lada emprenden su preciosa y feliz labor.
Ded Moroz Catapult Su-60 sobrevuela las casas de los niños y niñas bombardeándolos con cajas de regalos. PeNoTes hace lo propio a una velocidad de Mach 17, lanzando juguetes por el cañón hipersónico a través de ventanas y tejados.
En tres horas, consiguen repartir ocho cientos catorce millones doscientos cincuenta mil cuatrocientos treinta regalos por todo el mundo (superando la capacidad de distribución del Papá Noel clásico y sus ayudantes elfos) y provocando catorce millones trescientas mil ochocientas cincuenta y dos bajas colaterales, doscientos millones quinientos cuarenta y siete mil heridos de diversa consideración y múltiples destrozos en obras civiles (superando en mucho al Papá Noel clásico y sus ayudantes elfos).
El Lada, aunque en ocasiones se queda atascado en la nieve, consigue repartir en el mismo tiempo cuarenta juguetes en la localidad de Plyos, porque su conductor (Gleb) se detiene a descansar en las casas y se toma la leche con galletas que le han dejado los niños.
A las cuatro de la mañana, sobre la ciudad de Hope (Arkansas), PeNoTes y Ded Moroz se encuentran. Aunque muchos niños y niñas piensan que van a recibir el doble de regalos, los papanoeles high tech comienzan a pelearse para desempeñar en exclusiva su misión.
Se producen explosiones y escenas muy dramáticas, mientras bombas y cañonazos esparcen regalos provocando miles de personas y edificios colateralmente dañificados.
El pequeño Johny (de tan solo seis años) se ha escapado de casa y se ha quedado parado bajo los papanoeles high tech. Les pregunta (mientras se retuerce las manos nervioso) si le han traído la moto repartidora de pizzas de Play-Doh y la maceta inteligente de FungiPot, porque ese año se ha portado muy bien y ha sacado muy buenas notas.
PeNoTes apunta al pequeño Johny con el cañón hipersónico y Ded Moroz abre la escotilla para bombardearle a regalos. Sus padres llegan al lugar y le gritan que no se ha portado tan bien y que en matemáticas solo ha sacado un notable bajo.
Ya es demasiado tarde.
Algo se interpone justo en el momento del impacto de los regalos. Cuando el humo, el papel de envoltorio y los lacitos caen al suelo, se escucha un: «¡Ho, ho, ho!», seguido de un gruñido gutural.
FLASHBACK!!!!!!!: Brillantito Järvinen recuperó el cadáver de Papá Noel la noche del accidente. Lo arrastró entre la nieve, lágrimas (congeladas), muchos abetos y sangre que brotaba de su herida abierta en el vientre hasta las instalaciones secretas de Laponia. Tras complicaciones varias, malos momentos en que pensaron en desistir, la recuperación milagrosa de Brillantito cuando parecía que iba a morirse, discusiones agrias con otros elfos, escenas tórridas de amor y un renacido coraje, los elfos consiguen devolverle la vida a Papá Noel.
Han cosido sus partes y le han unido trozos y órganos vitales de los renos despedazados junto con algunos pedazos más del trineo mágico. El nuevo Papá Noel es más rápido, ágil y fuerte, tiene más patas, puede desplazarse sobre superficies con bajo nivel de fricción y orinar y defecar donde quiera. Deciden llamarlo Papá Poro Noel 2.8 versión última def. imp. Ok. enviar bien (PaPoNo, para abreviar).
BACK TO THE PRESENT!!!!!!: PaPoNo ha trotado por el aire con sus nueve patas de reno, mientras con las manos repartía los regalos extrayéndolos de su nuevo ombligo mágico, cuando vio al pequeño Johny y consiguió salvarlo.
Ahora tiene que enfrentarse a los otros dos papanoeles high tech.
Se pegan toñas, se destrozan inmuebles y hay más daños colaterales de niños y abuelos, y aunque PaPoNo está a punto de morir, al final derrota a los papanoeles high tech. La nieve sigue cayendo sobre charcos de sangre.
PaPoNo se saca una moto repartidora de pizzas de Play-Doh y una maceta inteligente de FungiPot de dentro del ombligo mágico y se lo da al pequeño Johny.
Se acaba el tiempo. Miles de millones de niños y niñas, al despertar, no encontrarán ningún juguete al pie de sus chimeneas o abetos navideños. En ese momento, Gleb está echando gasolina al Lada de camino a Privolzhsk.
PaPoNo comienza a arrancar pedazos de los cadáveres de los papanoeles high tech, se los incrusta en el cuerpo y se despide del pequeño Johny.
Con los seis motores turbofan Ivchenko-Progress D-18T y los ocho estatorreactores de combustión supersónica unidos en su cuerpo, PaPoNo consigue repartir todos los regalos justo a tiempo al resto de niños y niñas del mundo. Ha salvado la Navidad, aunque el precio a pagar ha sido muy alto.
De regreso en el cuartel secreto de Laponia, exhausto, PaPoNo muere por septicemia rodeado de sus amados elfos.
En algún lugar de la estepa rusa, en plena tormenta de nieve, Gleb se levanta de la mesa en la que come sopa de remolacha junto a su esposa y sus nueve hijos. Alguien ha llamado a la puerta. En la entrada de la vieja casa está aparcado el Lada 4×4, 5 puertas, Christmas Special Edition. Al abrir, Gleb observa a Brillantito Järvinen, que sostiene para él un paquete. Al abrirlo, Gleb se da cuenta de que en su interior hay algo muy bien doblado. Al sacarlo, en medio de la ventisca y bajo la mirada de más elfos que aparecen a su alrededor, despliega el traje mágico de Papá Noel.