La publicidad está en todas partes. Si te bajas el pantalón y los calzoncillos (o las bragas) ahora mismo (y te agachas lo suficiente y de espaldas a un espejo), comprobarás que tienes publicidad grabada en el ano (y probablemente se trate de un anuncio de crema depilatoria, gaseosa o nueces).
La publicidad está ahí donde menos te lo esperas. Es muy conocida la anécdota de Herbert Nitsch, quien en 2007, intentando alcanzar la profundidad máxima jamás lograda por un ser humano, se topó con un anuncio de Halls.
La competencia es grande y la necesidad del cliente, inescrutable. Así, trillones de proyectos con un potencial enorme a lo largo de la historia de la publicidad se han quedado a medio camino.
El proyecto de Renault Pantheon comenzó en 2009. El fabricante francés estaba trabajando en un nuevo vehículo familiar amplio y de líneas rígidas que compitiera con el Volvo XC60 Kinetic D5 AWD. La publicidad incluía encontrar el nombre más adecuado para el nuevo modelo.
El (por aquel entonces) CEO de la compañía Carlos Ghosn veraneaba en el pueblo jienense de Chilluévar cuando conoció (de casualidad) a Ramón Torcuato. El emprendedor (hijo de un terrateniente siete veces alcalde de la localidad) invitó a Carlos al Discopub El Chochazo y ahí llegaron a un preacuerdo que consistía en contratar los servicios a PubliRaTor, su agencia de publicidad recién creada. Ramón le juró a Carlos que sería una campaña realmente revolucionaria.
Paco, hijo de la Puri (primera exmujer de Ramón Torcuato), poseía un título profesional en Artes Gráficas y fue contratado como director creativo (tras nueve meses de experiencia buzoneando correo comercial).
Después de muchas cavilaciones sobre cómo enfrentarse al asunto golpeándose la cabeza contra el armario de la cocina donde guardaba las legumbres, Paco vio un reportaje en algún canal de la tele (no se acordaba de cuál) en el que se mostraba un hecho significativo: los muertos por accidente de tráfico habían superado en el mundo el millón en un solo año (alrededor de 2 muertos por minuto). Aquel dato le encendió la bombilla de la creatividad.
El brainstorming se llevó a cabo (por la noche y de madrugada) en la brasería Casa Manolo. A Paco le acompañaban su mejor amigo El Pencas, su (por aquel entonces) novia Laura Linares, el propio Ramón Torcuato y otros comensales y camareros del restaurante. El desarrollo del concepto continuó en el karaoke La Marchosa y finalizó (a las ocho y media de la mañana) en Churrería Loli. La idea tomó forma y se detalló en servilletas de papel y en el cartón de los churros de lazo.
El concepto Renault Pantheon giraba alrededor de la idea de que (en caso de se produjera un accidente frontal, por ejemplo, contra un camión de melones), el conductor (o conductora) pensara: «Menos mal que voy a morir en este coche, con lo cómodo y amplio que es y lo bien que se conduce».
El insight propuesto por la agencia era: «Si te vas a matar en un accidente contra un objeto fijo o móvil, hazlo con el mejor coche. Renault Pantheon. Esperamos que no te mueras mientras lo conduces, pero si lo haces (recuerda que mueren 3200 personas al día en el mundo por accidente de coche, así que es bastante probable), no te importará».
La agencia PubliRaTor sugirió a Renault que incluyera en el techo del vehículo un ataúd que podía ser utilizado como portaequipajes auxiliar. Concibieron también una versión familiar llamada Ultratumba, que llevaba sentado y como copiloto a un muerto.
Finalmente, tras varias llamadas de Ramón y Paco a un número que habían encontrado en Google, consideraron que la propuesta había sido rechazada.
Otro de los proyectos fue para Coca-Cola. «¡Bebe Coca-Cola, o te rajamos vivo a tiiiiii y a tu familiaaaaaaa!» fue el título del jingle que PubliRator puso en marcha en 2011. Por aquel entonces (y debido a la falta de clientes), la agencia ofrecía servicios de reparación de bicicletas y se enteró (por la niña de la Agustina, la hija del Aurelio) del concurso de canciones que había publicado la compañía de bebidas gaseosas en Twitter. Esto activó de nuevo la poderosa maquinaria creativa de la agencia.
El jingle tomaba como base el famoso Sensación de Vivir de los años 80 y era así:
¡¡Cómpralaaaaa!!
Es tu forma de que no te rajemos con la lataaaa,
¡Coca-Colaaaaa!
¡Vete al supermercado yaaaaaaa!
¡Te voy a marcar para toda la vidaaaaaa!
Estate quieto,
que te voy atar a la sillaaaaa. (Coro: ¡Socorroooo!).
¡Siéntelo, intentamos convencerte por tu bieeeeennn!
Sin bromaaaaa,
es muy fuerte,
las cosas que sientes con una lata rajada de Coca-Colaaaaa.
¡¡¡Vete al supermercado yaaaaaaa!!!
La campaña (aunque tuvo treinta y siete retuits y noventa y ocho «Me gusta») no consiguió el premio, consistente en un pack de postales, una libreta (de tapa dura y 80 hojas), una chapa con el logo y ocho botellas de dos litros del sabor original.
A pesar del golpe, PubliRaTor no se rindió y a lo largo de los años (cuando ya comenzaba a vender bocadillos, siendo su especialidad el Jajajamón, el cual llevaba chorizo) pusieron en marcha proyectos cargados de originalidad, que (por un motivo u otro) tampoco consiguieron venderse. Donettes Ojetes, Apple Pear, la discoteca Bar Ry White o el proyecto de renaming para el tanatorio de Alfonso Cabezas, cuya propuesta Otra Birra proyectaba (para diversificar) ofrecer bebidas a los clientes, con Paco como pinchadiscos, tampoco cuajaron.
Pero si usted necesita una agencia publicitaria voluntariosa (reparar o hacerle una puesta a punto a su bicicleta o, por supuesto, comerse un buen bocadillo al mejor precio), no dude en contactar con PubliRaTor, Bicicletas y Bocadillos. El Pencas (que acaba de dejar los estudios pero es muy espabilado y lleva más de una semana sin fumar porros), le cogerá el teléfono (siempre que no esté de charla con los amigos o liado con el monopatín) y le tomará el recado. Seguro que no se arrepentirá.
Si tengo que algo que promocionar, la buscaré en las páginas amarillas.