Saludaperson
Te saluda en el ascensor, en el portal e, incluso, si te ve por la calle. Puede incluso saludar a personas que conoce solamente de vista o que no conoce de nada. Llega a casa muchas veces con dolores en los músculos del brazo y en el codo y guarda en la mesita de noche un bote grande de Diclokern Forte para casos de emergencia.
Ultrajefe
Empezó desde abajo en la empresa, no es hijo de nadie importante y ahora es jefe por méritos propios. Trabaja como el que más cumpliendo estrictamente con el horario laboral y no permite que el resto de su equipo haga nunca horas extra. Asume los errores del departamento como suyos, es dialogante y valora abiertamente el esfuerzo de sus empleados/as. Por increíble que parezca, su cesta de Navidad es igual a la del resto del personal.
La Empatizante
Te escucha con verdadero interés y te comprende. Su rictus es serio, apoya una mano en la barbilla y asiente de vez en cuando sin dejar de mirarte, ni siquiera si se dispone a beber de su café o a darle un bocado al cruasán de chocolate. Su poder inigualable es, cuando terminas de contarle tus cosas, evitar comentarios del tipo: «No es para tanto», «Es que la vida es así», o «Si yo te contara…», para después empezar a explicarte su vida convirtiéndose en el centro de atención.
Pagaman
Te devuelve siempre el dinero que te debe, incluso cosas que ni siquiera te acuerdas de haberle pagado. Si vas con él a un restaurante, insistirá en pagar, incluso si pagó las veces anteriores. Esto le supone un problema con familiares y amigos a quienes les gustaría invitarle pero él nunca deja, lo que le ha llevado a tener fuertes discusiones y peleas. Este singular poder le ha hecho perder el contacto con muchos amigos y familiares, pero él es así y ya está.
Doctor Buenaletra
Es el primer médico al que se le entiende la letra y, además, es increíblemente bonita. Hizo un curso de caligrafía con pincel seco y trabaja en su tiempo libre como rotulador de cómics para la editorial Caramba. Algunos farmacéuticos han enmarcado sus recetas. Cuando van a la farmacia, hay pacientes que sienten mucha pena de deshacerse de ellas (de las recetas) y algunos se mueren por quedársela (es decir, que se mueren de VERDAD, literalmente, por quedársela y no comprar las medicinas).
