El tenis no es un deporte

Como todo el mundo sabe a estas alturas, soy uno de los principales expertos mundiales en deporte. No en practicarlo, ya que me lo prohibió el médico por una condición que arrastro desde la infancia: me canso cuando me muevo. Esta terrible dolencia me tiene confinado en el sofá, sepultado entre cojines, mantas y gominolas. Pero poseo todo el conocimiento teórico al respecto: historia, normas, mejores uniformes.

Dicho lo cual, no le extrañará al lector más avispado lo mucho que me han indignado algunos titulares sobre la retirada de Rafa Nadal. Algunos periodistuchos sin conocimientos (o, al menos, sin mis conocimientos) han asegurado que el manacorí (no sé qué es eso, ¿un fruto seco?) es el mejor deportista español de la historia.

Eso es ridículo.

No quiero desmerecer los logros del tal Nadal en lo del tenis, pero los entendidos sabemos que el tenis no es un deporte porque si se juega con una pelota no es un deporte, es un juego. El tenis, el fútbol, el baloncesto, el ping pong (¡especialmente el ping pong!) son juegos y no deportes.

Observo que los criterios no están claros, así que voy a recordar algunas de las condiciones que excluyen a cualquier actividad de la categoría deportiva. Lo explico con más detalle en ¿Cómo distinguir entre deportes, juegos y sexo? (autoeditado, disponible en Amazon):

  • Si se hace sentado, no es un deporte. El automovilismo no es un deporte. Ni el ajedrez. Ni el remo. Ni el ciclismo. Especialmente el ciclismo, ya que una parte importante del recorrido es cuesta abajo.
  • Mención aparte merece la hípica. ¿Cómo va a ser un deporte si el que salta es el caballo?
  • Tampoco son deportes la gimnasia, rítmica o no, ni el patinaje. Eso son formas de baile y el baile es algo que hacemos de noche cuando estamos borrachos.
  • Correr tampoco es un deporte. Correr no es más que pasear deprisa y pasear es una actividad agradable y saludable (eso me cuentan), pero nada más.
  • Ningún salto es un deporte: con o sin pértiga, de altura o de longitud. ¿Cuánto dura un salto? ¿Segundos? Ningún médico diría: salte dos o tres veces cada semana, que eso es sano. Además, el salto con pértiga es ridículo. No tenía sentido ni hace siglos, cuando se saltaba por encima de las murallas en los asedios a ciudades y fortalezas. El atacante moría o se quedaba muy tonto para el resto de su vida porque el enemigo colocaba colchonetas, pero en esa época eran de pluma de ganso y no absorbían bien los golpes. Lo explico con más detalle en El salto con pértiga y el Gran Sitio de Malta (agotado, disponible en Wallapop).
  • El salto de trampolín tampoco es un deporte. Es el suicidio de los cobardes.
  • Tiro (con arco, pistola o dardos). No hace falta que diga que algo que se hace de pie y sin moverse no es un deporte. Perdón, en algunos casos los supuestos atletas mueven, literalmente, un dedo. Además, usar armas es un delito. ¿Acaso vivimos en Estados Unidos? ¿Qué será lo próximo? ¿Una competición de tiro en un colegio? ¿Soltar a estos pirados y a ver quién mata a más niños con dardos envenenados (entiendo que los dardos están envenenados)?
  • La natación tampoco es un deporte. Es una necesidad. Si te tiran al agua y no nadas, te mueres. Si la natación es un deporte, comer es un deporte. Beber agua es un deporte. Tomar la medicación es un deporte. Por favor, no seamos ridículos.
  • ¿Y la lucha y el boxeo? Obviamente, no son deportes, sino una relación sexual más o menos sublimada. Digo más o menos porque de grandes combates han salido grandes bodas. Lo explico con más detalle en Mi superromance con un peso superwelther” (autoeditado, censurado en Amazon, acepto encargos por correo electrónico).
  • La halterofilia sería más o menos lo mismo, una especie de exhibicionismo erótico previo a la lucha sexy. De ahí que incluya la palabra griega filia (que significa pene).

Entonces, dirán los lectores más ignorantes, ¿no hay ningún deporte? ¡Por supuesto que sí, imbécil (soy muy maleducado con los lectores más ignorantes, disculpas al resto)! ¡El curling es un deporte! ¡La piedra no es ninguna pelota! ¡Se hace de pie! ¡El agua está congelada, por lo que no hace falta nadar! ¡No saltas! ¡No te peleas (ni amas)! ¡No bailas! ¡No asesinas a nadie! ¡No vas encima de un caballo! ¿Curling a caballo? ¿Tú eres idiota (perdón)? ¡Gilipollas (lo siento)! Curling a caballo, dice, el muy subnormal (más disculpas).

Algunos de mis críticos sostienen que el curling solo es una forma de barrer el hielo y que si el curling es un deporte, también lo es pasar la aspiradora. Pero ahí es donde caen en mi trampa, porque claro que pasar la aspiradora es un deporte. Es curling sobre suelo, en lugar de sobre hielo. También hay curling sobre hierba, que se suele llamar “cortar el césped”.

Lo explico con más detalle en Curling: el único deporte, a la venta en el Museo del Curling de Weyburn (Saskatchewan, Canadá).

Jaime Rubio
Jaime Rubiohttps://laconspiracion.es/
Jaime Rubio Hancock (Barcelona 1977, aunque aparenta 1981) trabaja en El País, donde escribe cosas y hace café. Ha publicado '¿Está bien pegar a un nazi?'. Autor del blog La decadencia del ingenio y de las novelas La decadencia del ingenio, El secreto de mi éxito y El problema de la bala. También ha colaborado con GQ.com y con Periódico Diagonal. Siempre habla de sí mismo en tercera persona para que no le confundan consigo mismo, pero me acabo liando y se delata.

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