Hijo, ay qué disgusto me has dado.
No se por qué te atacan así esa mala gente con lo bueno tú eres. Es otra vez lo de Don Felipe, que te tenía manía y te suspendía siempre aunque fuera yo a hablar con él y le explicase que tú eres muy bueno y muy listo, lo que pasaba es que tus compañeros te distraían, se lo decía yo pero no atendía a razones. Que ya desde pequeño te avisaba yo que la gente es muy mala y por ser tú tan bueno te dejabas llevar.
Ay pobretico mío lo mal que lo debes estar pasando, del disgusto no he comido nada en todo el día, como te lo cuento, estoy esmayá. Sí, claro que se lo he dicho al periodista ese tan majo también, que se enteren, que en casa estamos todos con un mal cuerpo… Se lo decía a tu tía Pura está mañana que se ha pasado como siempre a tomar el café y claro he comido un par de galletas porque tú ya sabes que a mí en ayunas el café con leche me cae fatal, pero a ella también estaba muy preocupada por ti.
Pues regular estoy, a media mañana que me tenía que tomar la pastilla para la tensión, que casi se me olvida porque no tengo yo la cabeza… pues me he hecho una tostada porque la pastilla esta, la azul, hay que acompañarla con comida, pero una tostada con jamón de pavo bajo en sal y pan blanco, nada de queso. Y casi sin aceite, que ya te digo que se me ha cerrado el estómago cuando he visto que hablaban mal de ti en las noticias.
Mira que yo siempre te lo digo hijo, que cuidado con quién te juntas, que tú te fías de todo el mundo, que te va a volver a pasar como con Raquel que luego te quería sacar dinero porque decía que la maltratabas. Qué mujer tan mala. Cuando todo el mundo que te conoce sabe que tú aunque tengas algún pronto eres un trozo de pan. Esa sólo quería dinero, si ni la comida te tenía lista a medio día, pobrecito mío.
No, no, yo a medio día no he comido nada, sólo una ensaladita porque si me acuesto la siesta sin comer me dan los vértigos, que ya lo sabes tú que se lo comenté al doctor Ramos la última visita, pero sólo ensaladita, nada de carne, el cocido de ayer ni lo he tocado, sólo ensalada con queso, pero del blanco, y lechuga y dos tomates chiquitines y unas olivas y una latita de atún. Me he acabado el melón de ayer porque estaba muy maduro ya y era una pena que se iba a echar a perder, pero no quedaba casi nada y la sandía ni la he tocado.
Sí hijo sí, claro que te he preparado la cena, si quieres te la puedes comer aquí, no, no pasa nada puedes pasar a recoger el tupper, que ya se que tú estás muy ocupado, pero aunque estés ocupado tienes que comer bien.
Te he hecho osobuco, arroz y unas croquetas y te he puesto las sobras del cocido de ayer, que yo no creo que me lo coma, no tengo yo cuerpo para cocido. Que no hijo, que ya le he dicho yo al cura esta tarde cuando me he llegado aquí a la iglesia que no estaba comiendo yo nada del puro disgusto y me ha dicho que era una gran forma de protestar.
Bueno, con la copita de anís que nos hacemos el padre y yo he comido unos dulces, que al pobre le hace ilusión y a mi ya sabes que si no como algo se me sube a la cabeza y me mareo y a saber que le hubiese dicho yo al periodista de la fulana esa. Ay perdona hijo.
No hijo, no te preocupes si no puedes pasar a por los tuppers te los congelo, que yo ya se que tú tienes tu vida. El osobuco me ha quedado muy bueno, aunque para un poco salado, que se que tengo que cocinar sin sal por la tensión, pero es que no me acostumbro hijo y como era también para ti. Además, no pasa nada porque el arroz como le he puesto pasas como a ti te gusta pues ha quedado muy dulce. No te preocupes que te congelo todo lo que me ha sobrado, pero hijo trabajas demasiado, por qué no te pasas y te lo caliento para cenar que está muy bueno el arroz con el osobuco, a mí me gusta mucho, sabes que me lo hago mucho y si no llevará el disgusto que llevo hasta hubiera repetido, pero es que no me entra nada.
Si ni he cenado casi, que unas croquetas ni son cena ni son nada, pero que le vamos a hacer si se me ha cerrado el estómago del disgusto, que ya le decía yo al padre que está todo muy mal y la gente no quiere mejorar.