¿Siempre has querido probar suerte en el nudismo? ¿Quieres ser un experto en el noble arte de ir en pelotas? ¿Te da vergüenza desnudarte literalmente, y sobre todo, metafóricamente; mostrando una persona débil y que aún no ha aprendido a vivir en una sociedad hiperconsumista y egocéntrica?
Sigue los siguientes consejos para que puedas disfrutar de tu primera vez sin problemas.
1. El lugar.
Comienza por esos espacios públicos adecuados para su práctica, como por ejemplo, la playa. El museo Guggenheim o la entrada del colegio mientras esperas a tus hijos no son el mejor sitio para empezar.
2. Respeto.
La regla número uno dentro de las playas nudistas es el respeto mutuo. Al llegar a una zona nudista por primera vez busca al líder. Normalmente suele estar sentado en un trono. No establezcas contacto visual con el líder. Una buena manera de mostrarle tus respetos es ofrecerle un bañador para que sea sacrificado.
Al llegar quítate rapidísimo la ropa. Si tardas más de un minuto los nudistas te la quitan a la fuerza, mientras te insultan y te llaman cobarde.
Importante, no olvides tus genitales en casa. Puedes crear situaciones incómodas si la gente descubre que entre tus piernas no hay nada.
3. Vigila las señalizaciones.
Siempre debes mantenerte en los límites establecidos. Si es una playa mixta, en la arena habrá varias señalizaciones que muestran el comienzo de la zona nudista. Si por cualquier despiste traspasas la línea, los otros bañistas se sentirán nerviosos y empezarán a abuchearte. Sonará una alarma, esto significa que el socorrista de la zona textil ha soltado a los perros. Corre.
4. Tranquilidad absoluta.
Allí no se va a montar ninguna fiesta. Así que las tartas, los globos y los payasos nudistas están totalmente prohibidos. Las playas nudistas se caracterizan por un ambiente tranquilo y distendido. Eso sí, cuando el sol se pone, la comunidad nudista enciende su hoguera y empiezan a bailar a su alrededor, cantando canciones sobre la maldad de los textiles. En comunidades más extremistas queman a aquellos playistas que se han negado a seguir las normas. Como ofensa, sus cenizas son mezcladas con la arena, para poder pisar a aquellos que han osado enfrentarse a los nudistas.
5. Los duendes.
Esporádicamente, aparecen unos duendecillos verdes que empiezan a señalar tus defectos corporales. No les hagas caso, seguramente son una alucinación provocada por un golpe de calor.
6. Encontrarse con conocidos.
Si os encontráis a conocidas o conocidos, no hagáis el idiota escondiéndoos debajo de la arena. Saludad. Es un poco extraño al principio de la conversación, más cuando te encuentras a tu jefe paseando con tu ex pareja. Y ella parece feliz. Pero nada que una broma no pueda solucionar. Una broma como: “¡No sabía que estás embarazada!”. Esta broma siempre funciona.
7. La protección solar.
Nuestro cuerpo estará expuesto al sol más que nunca y en zonas donde la radiación no suele actuar. Unta tu cuerpo con un protector de factor 50 o superior. Llena una palangana gigante de crema solar y embadurna tu cuerpo mientras lanzas insultos al Sol. No olvides repetir el proceso cada 20 minutos.
8. El vello púbico.
El nudismo es una práctica donde el principal objetivo reside en la conexión del cuerpo en su desnudez con la naturaleza. No debes preocuparte por el que dirán, todos los cuerpos son bellos. Aunque últimamente se ha puesto de moda depilarse el vello púbico de forma estrafalaria. Si quieres llegar y ser el primero en partir la pana, te recomendamos los estilos que están en tendencia: el Jimmy Hendrix, el Despeñaperros o la Rana.
9. Prohibiciones.
Está totalmente prohibido:
- Llevar puesto el traje nuevo del emperador.
- Jugar a palas con el pene.
- Arrancarse toda la piel y justificarlo como nudismo extremo.
- Al ver una persona desnuda, reírte tapándote la boca y gritar PITO o CHOCHO mientras la señalas con el dedo índice.
- Hablar de política. ¿Es que siempre tiene que hablar de política? Por favor, no desconectamos de la política ni en la playa. ¿Qué más me da lo que haya hecho Puigdemont? Si vas a seguir así me voy.
10. Relájate y disfruta.
Relájate y disfruta. Estírate en tu toalla y siente como los rayos del Sol penetran en tu epidermis. Así, muy bien, no te muevas. Nota como tus músculos van perdiendo fuerza y empiezas a sentirte muy pesado. No paras de sudar, pero te da igual, porque ya notas esa conexión con la naturaleza de la que todos hablan. Sí. Experimenta como tu cuerpo se ha petrificado y la gente va marchando de la playa. Tú te quedas solo, pero te da igual. Poco a poco dejarás esta pesada carcasa a la que llaman cuerpo y podrás fusionarte con las energías naturales. Ahora ya casi no ves nada. Muy bien, ya estás preparado para despedirte de este cruel mundo que te habría estigmatizado por practicar el nudismo y trascender como un ser de luz inmortal.
