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Nos lo trajeron todo frío y media hora tarde, y además no era ni para nosotros sino para una señora de la sala de al lado que estaba ya mareada por el hambre. Estaban desbordados ese domingo, los que dicen en su web que trabajan con mucha dedicación y mucho rigor. Por fin llegó, ¡dos horas después!, todo frío de la nevera y con un color raro. Oler, oler, no olía mal, pero nos quejamos, no era lo que habíamos pedido. Nos echamos a llorar, dada la situación, ¡se habían olvidado hornearlo! Era muy tarde y estábamos muertos de hambre. Otras dos horazas después nos lo trajeron de nuevo, ¡totalmente carbonizado! Nos echamos a llorar otra vez.
Total, lo pedimos para llevar, porque ya estaba todo pagado y era nuestro. A las horas que salimos de allí, ¡horror, todas las cocinas cerradas!
Los del kebab, ¡majísimos! No les importó que colocáramos la urna en el centro de la mesa.
