Prólogo de mi libro “Cómo aparentar que trabajas para que no te despidan y puedas mantener un ingreso estable. Segunda edición ampliada y resumida”

Estimado lector, mis poderes telequinéticos permiten identificar que has venido a este libro en busca de algo, quizás poder mantenerte empleado sin realizar el menor esfuerzo. Aquí está la solución, pero ampliada. Se preguntará “¿Tán rápido una segunda edición? ¿Por qué la primera es imposible de conseguir?” Bueno quizás es porque no existe. Este es el primer consejo que le estoy dando, y gratis. Muestra seguridad y confianza ante todo lo que diga, pero siempre deje las decisiones importantes a otro. Hasta ahora usted creía que existía una primera edición, pues solo existe en mi mente. ¿Es ilegítimo decir que está ampliada? Claro que no, por el hecho de tener prólogo escrito ya es más amplia que la anterior. Usted se preguntará entonces “¿Resumida? ¿Cómo puede estar resumida?” pues porque este libro en sí es un resumen en el que encontrará espacios para rellenar usted mismo, como un libro para colorear, pero para adultos con problemas generados por el capitalismo.  En el primer capítulo encontrará soluciones para personas que trabajan en pequeñas empresas, como “ser hijo del dueño” (nótese el masculino ya que el femenino implica que será asistente y tendrá que trabajar o buscar soluciones en el capítulo séptimo). También encontrará en el capítulo cuarto consejos de cómo sobrevivir a una gran empresa, como “caminar siempre con el ordenador bajo el brazo aparentando ir a una reunión, que usted mismo ha creado y en la cual estará completamente solo”. En esos espacios en blanco que encuentra en cada capítulo podrá llenar lo que piensa en esos momentos de soledad, entre lágrimas de risa y tristeza que no logrará distinguir. Es importante que primero escriba en su ordenador esos pensamientos y luego los copie al libro ya que llevarlo consigo a la reunión podría generar sospechas.

He de admitir que he realizado el menor esfuerzo posible al escribir este texto porque realizar un poco más sería fallar a mis propios principios. Quizás este mismo libro se haya escrito en falsas reuniones, en bajas por enfermedad con diarrea explosiva o en la propia terminal de Windows (ver Capítulo 6 “Consejos para informáticos”), pero eso lo irá descubriendo a lo largo de esta jornada no tan apasionante.