Ladrillo 1×2 gris: una historia de venganza

El momento ha llegado. No hay vuelta atrás. Si pudieran verme, mis compañeras dirían que estoy loco. Y tendrían razón, pero haciendo esto siento que, por primera vez en mucho tiempo, todo vuelve a encajar.

En la fábrica te enseñan que hay que seguir lo que marca el libro de instrucciones y respetar los valores por los que se debe regir cualquier pieza de un juego de construcción, la camaradería y el trabajo en equipo. Luego te empaquetan y a viajar. Los ladrillos 2×2, las placas 1×6, las cubiertas 1×4, etc. Todas las piezas apretujadas en la oscuridad de nuestra caja. Suena precario, pero aquel pequeño cubículo es lo único que he conocido a lo que puedo llamar hogar.

Un buen día te sacan de tu embalaje y antes de que te des cuenta, todas las piezas son colocadas en su lugar. Nunca me he sentido tan realizado como cuando me encajaron sobre la plancha 32×16, y nunca tan feliz como cuando colocaron sobre mí a mi alma gemela, un ladrillo 1×4 de color negro. No me molestaba que estuviera conectado a otras piezas, no soy celoso. Además, la manera en la que encajábamos nosotros era especial, perfecta, dotaba de sentido a todo el conjunto.

La gente disfrutaba contemplando nuestra estructura y las personas más pequeñitas (al parecer les llaman niños) creaban todo tipo de historias alrededor de nuestros muros. Fue un tiempo de mucha felicidad, pero por desgracia no duró mucho.

Una tarde, un golpe repentino provocado por el pequeño humano al que llaman Josete, hizo que la construcción se precipitara al suelo rompiéndose en mil pedazos. Fue la última vez que vi a mi ladrillo 1×4 negro. No sé si llegó a ser transportado a la caja de plástico a la que fuimos a parar la gran mayoría. Allí no pude encontrarlo porque había cientos de piezas de otras construcciones que ahora conformaban una masa informe y cautiva al servicio de la retorcida imaginación del niño Josete.

Sin embargo, formar parte de esas abyectas estructuras no era lo peor. El goteo de compañeras caídas era incesante. Muchas piezas fueron quemadas hasta consumirse o quedar mutiladas para siempre. Algunas desaparecieron sin más, seguramente arrebatadas por ese monstruo ruidoso que limpia el polvo para los humanos. Otras fueron utilizadas como munición para tirachinas. Como yo mismo.

De este modo fui a parar a mi siguiente destino, un rinconcito entre la cama y la pared. Allí conocí a moneda de cinco céntimos. Ella llevaba en ese lugar mucho tiempo, pero ya había recorrido mundo. Durante los meses que estuvimos allí me enseñó todo sobre los humanos, sus motivaciones, sus costumbres y también sus debilidades. Compartía mi odio hacia ellos y hacia Josete en especial, por eso me ayudó a preparar mi venganza contra ese gigante desconsiderado.

Al fin, una mañana de verano, se presentó nuestra oportunidad. Después de escuchar varios gritos fuera de la habitación, se abrió la puerta de golpe. La cama se separó de la pared y ahí apareció Josete empuñando una escoba de manera furiosa. Movió la cama, nos vio y se agachó en nuestra dirección. Su mano recogió a la pobre moneda mientras yo era ignorado por completo. No hubo tiempo para despedidas porque justo después de arrebatarme a mi amiga, empezó a empujarme con su escoba. Golpe tras golpe me fui camuflando entre la mugre, como habíamos estado ensayando. Cuando la puerta ya estaba próxima, aproveché uno de los últimos barridos para impulsarme y conseguí aterrizar entre el pelo de la alfombra.

El plan había funcionado. Ahora sólo quedaba esperar. Porque Josete se cree guay, Josete siempre anda descalzo a pesar de las reprimendas de su madre y Josete va a sufrir un dolor extremo cuando, inevitablemente, acabe pisándome con sus malolientes pies.

Sé que es muy probable que esto no acabe con él y que por lo tanto habrá represalias, pero me da igual. Una pieza de plástico como yo puede llegar a vivir más de mil años y no pienso pasarlos lamentando no haber actuado.

Por moneda de cinco céntimos. Por ladrillo 1×4 negro. Por todas las piezas perdidas. Ya no necesito instrucciones, el verdadero juego acaba de comenzar.

Álex Scampa
Álex Scampahttps://lagosprinkle.wordpress.com/
Hey there! I'm using Ratachillona.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más cosas

Papá Noel Reanimated

Cabeza temporal