— ¡Que pase el primer candidato!
— Buenas tardes, me llamo Demetrio, venía para el puesto de enano
— Pero…usted no es enano. A ver póngase ahí. Si es como yo de alto, ¿cuánto mide?
— Un metro setenta y cuatro
— Eso no es ser enano, no tiene ninguna curiosidad
— ¿Cómo que no? Soy el enano más alto del mundo, ¿más curiosidad quiere?
— ¡¡Siguiente!!…
— Buenas tardes
— Buenas tardes, señorita. ¿Cómo se llama?
— Me llamo Bárbara
— ¿A qué puesto quiere optar?
— Al de mujer barbuda, claro.
— Pero usted no tiene nada de barba, es totalmente barbilampiña
— Es que estoy recién afeitada, no me parecía adecuado venir a una entrevista sin afeitar
— ¡¡Siguiente!!…
— Buenas, soy Paolo “el hombre de goma”
— Muy bien Paolo, tóquese la espalda con la mano derecha
— Ummmm…no llego
— Tóquese la punta de los pies con las manos
— Ummmm…nada, no llego
— ¿Y a tocarse la nariz?
— Tampoco
— Pero usted no tiene ninguna elasticidad, usted no es el hombre de goma
— ¿Cómo que no? Del mismo bagio del tgastévege, gomano de toda la vida.
— ¡¡Siguiente!!…
— Buenas tardes
— Buenas tardes,caballero. ¿Viene buscando algo?
— Por su puesto
— Pero ¿qué puesto?
— El suyo, ya se lo he dicho
— Pero soy yo el que selecciona al personal
— Está usted despedido. ¡¡Siguiente!!…
Continuará…