Carta al director de la revista “Aficionados al lettering”

Estimado señor:

Me dirijo a usted y a los lectores con la intención de compartir los muchos beneficios que la práctica del arte del lettering me ha traído. Me ha ayudado a desarrollarme de forma creativa, me relaja, me distrae, me entretiene, y está aportando, qué duda cabe, un gusto estético a mis textos manuscritos que antes no tenía. Mucha gente no entiende que un hombre de mediana edad como yo haya cogido el gusto por la caligrafía alambicada, pero lo llevo bien en casi todos los ámbitos.

No obstante, y aquí el desahogo que esta carta quiere ser, en el aspecto profesional me siento totalmente incomprendido. Como árbitro de Primera División, debo llevar un minucioso registro de los lances del juego, que antes anotaba en una pequeña libreta de bolsillo. Siendo ésta de tan diminutas dimensiones, apenas tenía yo espacio para desplegar los delicados filetes de mi cuidada caligrafía, por lo que, tras mucho insistir, la Federación de Árbitros me proveyó con un cuaderno de mayores dimensiones.

Esto, si bien provechoso para mis intenciones, sirvió para que la prensa deportiva, con su gracejo habitual, me apodase “Mejuto DIN A4”, en referencia al famoso árbitro y al estándar internacional, lo cual ha derivado en que en no pocos estadios las irritadas aficiones me griten expresiones hirientes como “Mejuto DIN A4 vete a cagar un rato”.

Y es que el seguidor balompédico, no dejo de entenderlo, es poco tolerante a las prolongadas interrupciones del juego. Pero el lettering lleva su tiempo. Si yo debo apuntar “Tarjeta amarilla a Griezmann, dorsal 8, minuto 67”, no puedo hacerlo de forma apresurada, con trazos rápidos e ilegibles, pues estaría traicionando la esencia y el sagrado juramento que los aficionados al lettering hacemos cuando entramos en este hobby.

Recuerdo aquel Osasuna – Real Madrid en que debí amonestar con una tarjeta amarilla a Aurélien Tchouaméni por una entrada a destiempo, y finalmente tuve que sacarle la roja cuando protestó con vehemencia e imprecaciones porque le pedí que se quedara a mi lado deletreándome su nombre. Puedo decir con orgullo que el acta del partido, en gótica y con los insultos en cursiva flamígera, es una de mis más bellas obras, y confío en que algún día la Federación las exponga para el disfrute de todos.

Me despido ya agradeciendo a la revista por darme este espacio en el que expresar mi opinión, y recomendando a todo el estamento arbitral que se pase al lettering, por un fútbol más reposado y hermoso, que no sea “de trazo grueso”.

Fdo: Adalberto Alférez Doblado, aka “Mejuto DIN A4”. 

Ana Belén González
Ana Belén González
Periodista, persona a tiempo completo, jubilada atrapada en el cuerpo de un joven bombonsito.

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