Adquisiciones que puede hacer mi casero después de subirme el 3% el alquiler

Mi casero ha decidido que 800€ al mes le parece poco premio por tener la suerte de haberle podido buitrear el piso a sus anteriores propietarios para subirnos un 40% el alquiler, y ha decidido subirnos otro 3% después de un año.

Aquí una lista de ideas para gastar esos 24€ extras:

– Un queso manchego.

– La cuota de un seguro médico que le cubre medio resfriado.

– Una cesta de navidad para sus inquilinos.

– Un billete de lotería de Navidad, que con un poco de suerte, se pueda comprar un piso más.

– Medio menú en el Ventorro.

– Una entrada para un concierto de esos que le gustan a su hija, la que no le coje el teléfono.

– Un queso manchego. En serio. Que me lo encargue a mi.

– Un par de copas en el club Bongo Mongo para dos chicas que resulta que eran novias.

– Tres cajas de Miguelitos de la Roda (los de La Moderna).

– Por sólo dos euros más, una suscripción anual a El Mundo Today con el código de descuento IRENEMINOVAS.

– Si junta 12 meses, por 288€ se puede ahorrar un pico en el tratamiento estético de blanqueamiento de sus santos huevos morenos.

– Si junta 3 meses, se puede pagar una sesión de terapia para tratar ese problemilla de que la gente no le quiera.

– A ver, es que los quesos manchegos buenos buenos, vienen de pastores auténticos, por eso no tienen etiqueta con la fecha de caducidad. De verdad, créeme.º

– Una entrada para Juan Dávila. Si espera otro mes, puede invitar a otro amigo que sea igual de imbécil.

– Un libro de recetas de navidad, a ver si por fin este año le invitan, y puede ofrecerse a cocinar.

– Conozco un tipo que vende unos quesos buenísimos. Puedo ir yo a por él, claro, no hay rencor.

– Se puede comprar un libro sobre como ser mejor persona e iluminar a los que le rodean. Se lo puede comprar en la tienda del aeropuerto, antes de embarcar en un vuelo sin escalas a la mismísima mierda.

Fran J. Díaz
Fran J. Díaz
Manchego en el exilio. Doctor en telecomunicaciones en lo profesional, de vocación bacín gambitero. Dedica parte de su procrastinación a la escritura, el teatro de improvisación, y bailar lindy hop. La última vez que se le vio en un escenario haciendo stand-up, nadie sabía lo que era un pangolín. A pesar de tratarse de un ser esquivo, puede ser atrapado con un plato de croquetas, o usando frases incompletas de Amanece, que no es poco.

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