Hola, me llamo Alberto, tengo 9 años y me hace mucha ilusión poder explicaros qué es un rey. Para mí, un rey es una persona que hace que se respete la ley y que cuida de los ciudadanos de su país para que puedan vivir en paz y en libertad. También viaja por el mundo representándonos a todos y defendiendo los intereses de España.
Es un ejemplo para su pueblo, un faro que nos guía. Nos ha enseñado, en no pocas ocasiones, que cuando uno se cae, siempre que hay que levantarse y continuar con decisión y valentía, sin mirar atrás, sin arrepentirse.
En mi opinión, el rey es un padre para todos sus súbditos. Igual no para todos, pero sí para la gran mayoría, y dentro de esa mayoría, para unos más que para otros supongo. Un padre quizás distante y firme pero afectuoso a su manera.
Tanto es así que se podría decir, hipotéticamente, que un rey es una persona que aparece en moto de agua en el pueblo en el que vives el día de tu cumpleaños y, después de hacerse el despistado, te da finalmente tu regalo, un jersey usado y raído de la marina, pero que guardas con cariño todavía a día de hoy. Quizás sería también un hombre que te invita a una barbacoa, pero se pone nervioso cada vez que alguien saca una foto y acaba por tirar todas las cámaras al fuego. O, qué sé yo, el que te consigue entradas para la final del mundial, aunque luego tengas que sentarte a 50 metros de distancia de él. También sería alguien que, si se lo pides insistentemente, ayuda a que tu madre obtenga un trato preferente en, digamos, un hospital o similar, para, pongamos como ejemplo, acceder a un tratamiento antes de lo que le correspondería.
Podríamos incluso afirmar que el monarca es una persona que llega a tu casa en moto, esta vez normal, no de agua, un poco alterado, para decirte que no puede mantener ningún tipo de contacto contigo a partir de ahora, que las cosas se están complicando y que no puede dar más explicaciones porque ya vienen los “plastas del servicio secreto”. Un rey sería, además, alguien que después de no volver a responder ninguna de tus cartas, cuando intentas saludarlo en un acto público al que acudes expresamente para verlo, hace como que no te conoce y se escabulle torpemente, ayudado por sus guardaespaldas.
Tengo que añadir que, cuando hablo de rey, me refiero obviamente al original, al que trajo la democracia a nuestro país, no al nuevo que tenemos ahora. Que no se me malinterprete, yo al nuevo lo quiero mucho, como si fuera un hermano, un hermano pequeño, aun siendo yo más joven que él, ya que tengo 11 años, claro. De hecho, es tal el aprecio que le tengo que me encantaría realizar con él actividades típicas de hermanos como compartir una jornada de caza. Incluso me conformaría con simplemente preparar los rifles y la munición para la misma los dos, a solas. Estoy seguro de que pasaríamos un buen rato juntos. Ya lo creo que sí. Un rato muy, muy bueno. Una jornada maravillosa, histórica diría yo.
Ya me despido. Espero que al jurado del concurso le guste esta carta tanto como a mí me gustan las maquinitas, los Tick Toll, el Pokemonde y todas esas cosas que hacemos los niños de mi edad. Nada me haría más ilusión que ser uno de los finalistas y que esta humilde misiva fuera leída por los miembros de la Casa Real, especialmente por el cabeza de familia, el auténtico rey, el Rey Padre.
¡Viva España! ¡Viva el Rey!
Te quiero papá.
Alberto, Barcelona, 8 años.
