Si hay algo que caracteriza al español de hoy día es que se avergüenza de su historia. Frente a esta actitud derrotista hay que oponer la verdad de los hechos. Y es que España es la nación que más ha hecho por la Humanidad, con permiso de Grecia y Roma. Estas son algunas de esas cosas por las que deberíamos sentirnos orgullosos y nunca pedir perdón:
- España enseñó latín a los romanos. A ver, esto puede sonar un poco raro, pero es así. Bueno, vamos a ver, no nos referimos a la lengua latina, claro, eso no tendría sentido, porque los romanos ya la conocían. Nos referimos a la expresión coloquial, “saber latín”, que significa “ser astuto”. Fue Séneca el que enseño la astucia a los romanos. Los romanos, antes de que Séneca sirviera al emperador Nerón, sabían latín, pero no sabían latín. Pero después de la obra de Séneca, además de saber latín como lengua, también supieron latín en el otro sentido. Buff, menudo jardín en el que nos hemos metido con esta primera gesta de España, jaja. A lo mejor tendríamos que haberla formulado de otra forma menos confusa. Además, está un poco cogida por los pelos, ¿no? Bueno, no siempre son fáciles los inicios, pero después las gestas de España mejoran, de verdad. Den otra oportunidad a España y sigan leyendo, por favor, olviden ya este bochornoso comienzo que, sin ser especialmente épico, al menos no era tan vergonzoso como lo es ahora, después de toda esta serie de largas justificaciones (que no disculpas) a la que no somos capaces de poner fin con la dignidad que la Historia de España merece.
- ¿Sois capaces de imaginar cómo sería hoy Occidente si no hubiera tenido acceso a las obras de Aristóteles? ¡Da escalofríos sólo de pensarlo! Afortunadamente, ahí estaba España para evitar la catástrofe. La Escuela de Traductores de Toledo reunió a sabios cristianos, judíos y musulmanes para que compartieran sus conocimientos y establecieran un puente de conocimiento entre Oriente y Occidente. ¡Oh, magnánima España, qué dulces fueron los frutos de tu política tolerante y multicultural! ¡Qué orgullo poder nombrar entre tus sabios hijos a creyentes de las tres …! ¿Cómo? ¿Que dicen de nosotros que no somos verdaderos cristianos? Aquí nadie pone en duda de la cristiandad de España, cagoendiós. Van a ver si somos o no somos cristianos. Ala, judíos fuera, ¡rapidito! Y moriscos también, ¡aire, aire! Ya está, todos cristianos. Y católicos. ¡A purgar a los putos herejes! Aquí no se desvía de la ortodoxia ni Dios. Más papistas que el puto Papa somos.
- De todas las magnas obras de España en América, quizá la menos recordada sea la contribución gastronómica. Cuando llegamos a América, los indígenas tenían una dieta paupérrima. ¡Sacrificaban a los impíos y luego se los comían crudos! España tuvo que hacer una labor civilizadora para explicarles que a los impíos primero hay que cocinarlos pasándolos por la hoguera en un Auto de Fe.
- Puede que te suene que el submarino, la fregona o el constitucionalismo son inventos españoles. Pero a lo mejor no sabes que fue un español, Miguel Servet, el que inventó la circulación de la sangre. Hasta entonces los humanos vivían con la sangre estancada: los nutrientes y el oxígeno tardaban mucho en llegar a los órganos porque los glóbulos rojos tenían que ir pasándoselos de uno a otro haciendo una cadena. Pero, gracias al invento de este galeno, la sangre pudo ponerse en movimiento, reduciendo drásticamente el tiempo de entrega y los costes de mano de obra, lo que permitió la acumulación de rentas que dio origen al capitalismo moderno.
- A ver… siglos XVIII y XIX… a ver qué podemos rescatar de aquí, jaja, va a estar difícil. Bueno, tenemos que Goya vivió por entonces. Goya, un magnífico pintor. Por cierto, esto nos recuerda que España no sólo es una nación de soldados, también valora mucho el arte. En todas las épocas ha habido artistas españoles importantísimos: Goya, Velázquez, Cervantes, Santa Teresa de Jesús, Manuel de Falla, Marta Sánchez. Y alguno más se nos habrá quedado en el tintero.
- ¿Sabías que España es la única nación que ha logrado derrotar al bolchevismo en el campo de batalla y en los futbolines? Después de la derrota, los comunistas tuvieron que arrastrarse por debajo de la mesa. En la nobleza de espíritu que nos caracteriza, los españoles nos abstuvimos de lanzar escupitajos antes del paseíllo.