Hasbullah, el personaje más viral del momento, nos concede en exclusiva su primera entrevista a un medio español.
Le llaman el Benjamin Button de internet, el fenómeno viral que arrasa en las redes, el niño ruso peleón ¿cómo se define usted?
HASBULLAH: Pues yo te diría que soy un soñador. Una persona hecha a sí misma, que persigue sus metas. La vida no me lo ha puesto fácil, ¿sabes? Yo empecé de cero, pero literal, hermano. Nadie daba un duro por mí. Todo lo que tengo me lo he ganado con esfuerzo.
Lo que ves en los vídeos es trabajo, no es casualidad. Yo he currado en mí y ahora esta sonrisa vale millones. Mi contenido genera un engagement que ya quisieran muchas marcas.
Se podría decir que está en la cima.
H: No sé si en la cima, pero estoy en mi mejor momento. Es que una cosa te digo, por mi culpa, el Twitter está de capa caída. La gente se está yendo a Instagram y Tik Tok porque saben que allí tienen su ración diaria de Hasbullah. Esto es así, no me lo estoy inventando, son datos. Facts.
Últimamente se le ve junto a chefs reconocidos, ¿qué platos saludables recomienda a nuestros lectores?
H: Hombre, un shawarma kebab no lo suelo perdonar. Con su salsa de yogurt, su picante. En durum o en pita, me da igual, entran bien siempre. Y bueno, una paellita los domingos es un clasicazo que considero muy nutritivo. Y digo una paella, paella, no la mierda que veo por redes últimamente, eso es arroz con cosas.
Cambiando de cuestión,¿cómo vive el momento político en Rusia? ¿Pueden considerarse las últimas decisiones de Putin como democráticas?
H: Qué buena pregunta, me interesa mucho este tema, aunque bueno, en realidad yo no soy ruso. Mi familia es de Marsella.
Mi primo el Pierre me dijo que lo mejor para el marketing era que nos hiciéramos pasar por rusos. Nadie sabe qué pasa allí realmente. El acento ruso tiene algo que intimida y genera interés. Son todo ventajas para construir mi marca personal.
Además, seamos sinceros, los franceses estamos muy mal vistos. Vale que sea un enano simpático y todo eso, pero un gabacho es un gabacho.
Entiendo, entonces, ¿todo lo que vemos en redes sociales es una farsa?
H: Cuida ese tono, amigo, de farsa nada. Yo me llamo Hasbullah de verdad. Padezco una enfermedad que hace que, aunque tenga casi 20 palos, estoy atrapado en el cuerpo de un niño de 4 años de por vida. El tema de que mi familia es illuminati también es real. No te creas que todo es storytelling para hacer el marketing. Aunque sí es cierto que hay cosas que son por los likes, como lo del mono.
¿Qué pasa con el mono?
H: Eso fue otra movida que sacó el Pierre en un brainstorming. Mi primo lee mucho, ¿sabes? Es bastante intelectual. Resulta que vio no sé dónde que los animalitos lo petan en Instagram. Cualquier publicación le añades algún bicho y eso sube los likes una barbaridad. Así que fuimos a la tienda y el que parecía más simpático era este mono que te decía, que se llama Vladimir.
El mono no es nuestro, lo alquilamos de vez en cuando y aprovechamos para hacer el máximo número de vídeos. Le ponemos ropita, le hacemos putadas… da mucho juego. Ahora, el mono es bastante hijo puta. De vez en cuando se pone violento y se vuelve loquísimo jajajajajajajajajajajajajaja
(Hasbullah me enseña un vídeo de Vladimir y entra en un prolongado ataque de risa. Tras este inciso, continuamos la charla).
Retomando la entrevista, no nos es ajena la polémica que ha suscitado su entrada al universo NFT. Hay voces en redes que le acusan de querer estafar a sus seguidores.
H: Otro igual. Parece que hoy día no se puede ganar uno la vida. En cuanto ya empiezo a generar dinerito, vienen los trolls a decir que si esto, que si lo otro, venga ya. Envidia, eso es lo que tenéis. Tú no serás comunista, ¿no?
Yo me limito a hablar de lo que veo, señor Hasbullah.
H: Claro, pero del vídeo que subí el otro día en el que fui a un hospital infantil, les regalé merchandising, me hice fotos, vídeos para Tik Tok y toda la pesca; de eso no hablas. Si es que todos sois iguales, siempre manipulando.
Como le digo, soy un periodista riguroso. Me debo a mis lectores y a la verdad.
H: ¿La verdad? ¿Quieres saber qué es verdad? Esto es de verdad, mon ami.
(Hasbullah saca una pistola y apunta hacia mí).
Por favor, no me dispare, le pido que guarde el arma.
H: ¿Por qué iba a hacerlo? Llevas faltándome al respeto desde que has abierto la boca, fils de pute.
Tengo mujer y dos hijos, se lo ruego, monsieur.
H: Bueno, pero un disparo en el pie nunca ha dejado a nadie huérfano. ¿Cuál prefieres, el izquierdo o el derecho?
De verdad, no tenemos por qué llegar a esto, yo solo hago mi trabajo.
H: ¿En cuál quieres que te dispare? Te estoy dejando elegir.
El izquierdo.
(Hasbullah cumple su promesa. Me dispara en el pie izquierdo. Caigo directamente al suelo).
H: ¡Bua, chaval! En todo el puto pie, a la primera. Soy un máquina.
(Me retuerzo y grito de dolor).
H: ¿Te ha dolido? Va, perdona. Hablamos de lo que quieras, hermano. Sin rencores.
(Intento continuar con la entrevista, pero el dolor es insoportable).
H: Pero hombre, que no es para tanto, ni que te hubiera dado en el pulmón.
(Empiezo a desangrarme por momentos).
H: Venga, que todavía no te he contado lo de mi otro primo, el que pelea en la UFC.
(Se me nubla la visión. A duras penas logro moverme por la moqueta ensangrentada).
H: Sacrebleu, ¿quieres parar ya la escenita? Eres un blandengue.
(Me pongo de pie. Dando tumbos consigo salir de la habitación).