26 cartas a desconocidos como parte de una promoción

A modo de divertimiento veraniego me decidí a escribir cartas-obsequio a aquellos clientes que adquirieran ‘Historia, el libro’ en los últimos 3 días. Me impuse como condición (necesaria, claro, para que no supusiera demasiado trabajo) no repasarlas ni corregir nada de ellas.


Querida Estrella,

Me alegra saber de ti, aunque haya sido en forma de compra online y no hayas dado más detalles de tu verano. Pero me tranquiliza saber que todo anda bien y que, como mínimo, tienes ganas de leer y te quedan ánimos para reír con las boberías de El Mundo Today.

Por aquí todo va un poco como siempre. Tu padre anda algo más cansado que de costumbre. El trabajo en la granja es agotador, ya lo sabes. Se levanta cada día más temprano, lo que me obliga a madrugar a mí también para prepararle el desayuno (huevos, café y cocaína). Luego, tras desayunar, si apenas me da un beso y se marcha de un portazo. Yo no se lo tengo en cuenta. Está algo apenado desde que tú no estás. Él no dice nada pero yo sé que te echa de menos.

El otro día, sin ir más lejos, dijo tu nombre en sueños “¡Estrella, Estrella!!”. Luego se despertó y se fue al salón y pude oír cómo lloraba. No lo hará nunca delante mío (lo de llorar) pues él es tan duro como este paisaje que nos rodea. A veces creo que yo también debería haberme ido lejos, como tú.

¿Te llegaron las viandas que te envié por Navidad? Espero que sí. Ayer hice conserva de tomate, quizá te envíe un cargamento en unas semanas.

¿Te recuperaste ya del disparo? Confío en que no te doliera en demasía.

Tía Águeda envía recuerdos.

Luis, de Andamios Luis, también ha preguntado por ti.

Rubén no. No habla sobre ti y de hecho se indigna sobremanera cuando alguien menciona tu nombre.

Escribe pronto.

Te quiere,
Kike.

PD. Envía farlopa cuanto antes. Papá chilla.


¡Oh, querido David!

Cuánto tiempo sin saber de ti. Pensaba que ya me habías olvidado para siempre. Cuando mi socia, la señorita López (a quien tengo en muy alta estima) me ha hecho sabedor de su compra me he sentido como si volara entre las nubes de pura felicidad. Al fin he entendido esa “furia sin nombre / fuego que anuncia mi llegada / besos escondidos entre la sombra / alas de plata de tus babas” de la que hablaba McTannis en su libro de poemas “15 choriquesos para ti”. Nunca había sentido tal felicidad en mi pecho. Me he desmayado 17 veces.

Luego he parado de desmayarme porque me han entrado ganas de hacer caca y no tenía tiempo de seguir desmayándome.

Tía Águeda me ha preparado una cataplasma para tranquilizar mi espíritu y ha pedido al viejo Rubén que me diera un par de bofetadas para recomponerme. Ahora ya estoy mejor y he reunido fuerzas para escribirte esta pequeña misiva. ¿Te parecen muy tontas mis palabras? No puedo dejar de imaginarnos a ambos paseando por el jardín azul (está precioso en esta época del año, con todos esos cables azules que se dejó el técnico de Telefónica y nadie ha recogido…).

Pasearíamos y yo te mordería la oreja y tú me dirías “no me muerdas la oreja” y yo te diría “vale, vale” y luego iríamos a cenar y yo quizá me desmayaría y tu me recogerías del suelo. Oh… ya vuelvo a sonar como una persona con la cabecita llena de pájaros pero eso es lo que me ocurre cuando pienso en ti. Me alegra que hayas comprado ‘Historia, el libro’ porque de esta manera será como si estuviéramos juntos todo el tiempo y nada nos pudiera separar. Te prometo que leeré algunas frases del libro cada noche y tú las leerás cada noche y será como si, en el océano de páginas de ese libro, estuviéramos juntos siempre, siempre, siempre. Nada podrá separarnos. Quizá podría separarnos un tifón o un terremoto pero en estas latitudes es raro que haya tifones o terremotos. Puede haber lluvias fuertes, eso sí, pero no tifones. Los tifones pasan en otros lugares, en Lleida o Estados Unidos. ¿Recuerdas lo que me dijiste la última vez que nos vimos? Yo sí, yo sí lo recuerdo. ¿Cuándo volverás a buscarme? Me aburro muchísimo por aquí. Estoy desmayándome todo el rato y al principio tenía su aquél, pero ahora ya es todo el rato lo mismo.

Por lo demás, vigila con el calor. Me han dicho que lo que va muy bien para el calor es meterse un puño en el culo y abrir la mano. No lo sé, quizá lo pruebo luego, aunque temo que me desmayaré como siempre.

Siempre tuyo,
Kike

PD. Luis de Andamios Luis ha preguntado por ti, pero no le he dado detalles sobre la clínica de rehabilitación, él es un chismoso.


Querido Alberto,

Ten cuidado con Rubén, últimamente se ha estado pasando por aquí preguntando por ti y trajinando historias raras. Que si va mal de dinero. Que si su novia tiene problemas. Que si se ha enterado de un apartamento muy barato donde pasar las vacaciones. En fin, ya le conoces. Todos sabemos perfectamente cómo es y a estas alturas no debería suponer ninguna sorpresa su comportamiento, pero es cierto que estas últimas semanas ha estado más pesado que de costumbre y temo que busque algo concreto. Tú limítate a seguirle la corriente y a decirle que sí a todo pero, por supuesto (POR SUPUESTO) no le hagas caso en nada. Delante de él “sí, sí, sí, claro” y luego ni puto caso. El tío es un liante. ¿Te puedes creer que una vez me pidió la moto para ir a recoger a su novia al aeropuerto y luego me enteré de que ni siquiera fue a por ella? El tío usó la moto para cazar ratas. Se ve que allí cerca de su casa hay unas ratas gordísimas y le hacía ilusión perseguirlas con la moto. Su novia ni siquiera había salido de viaje, estaba con él, persiguiendo ratas. Él conduce la moto y la novia va detrás con un palo golpeando a las ratas. Si matan alguna gritan “gol, gol” y la lanzan detrás de una verja. Un escándalo. Y esto es sólo un ejemplo de las muchas cosas raras que tiene esta persona. Luego es verdad que te ríes con él. El tío tiene gracia, tiene “duende”, como dicen por allí abajo. Hay algo totalmente magnético en su persona que hace que no puedas evitar escucharle. ¿Te acuerdas cuando montó aquella tienda de cigarrillos electrónicos? Parecía una buena idea. Diré más ERA una buena idea. Pero claro, él siempre tiene que ir un poco más allá. No sé cómo lo hizo pero todos los cigarrillos electrónicos que vendía sintonizaban el Canal Plus. Convencía a los clientes de que pagando un poco más les pirateaba el Canal Plus. Lo llamativo es que Canal Plus hace un montón de años que ni siquiera existe, así que a saber cómo consiguió hacer aquello. El tío tiene talento, de eso no cabe duda, pero su natural inclinación a las engañifas hace de él un sujeto muy peligroso.

Por cierto, en el próximo correo te enviaré tres arenques que me sobraron de la cena de ayer, creo que tú les darás mejor uso. Ahora no puedo, porque no sé dónde las he dejado.

Te quiere,
Kike.


Señor Castro,

¡Qué alegría me ha dado cuando la señorita López me ha comunicado que ha comprado usted un ejemplar de mi último libro! ¡Se me ha salido el corazón del pecho! El libro, aunque está lleno de cuchufletas creo que responde muy bien al tipo de filosofía de nuestra empresa. Por ese motivo cada venta es causa de un gran regocijo. ¿Cómo andan las cosas por ahí? Nosotros estamos bien. La señorita López (no es un secreto que siento un gran afecto por ella y que nuestras relaciones van más allá de lo profesional) ha supuesto una bocanada de aire fresco y motivación. Sus generosos pechos son un importante acicate para levantarse cada mañana con energía, al menos para mí.

Respecto al “viejo Puig”, está cada vez peor a nivel de “cabeza”, pero se mantiene de buen humor.

Nuestro trabajo es cada vez más tranquilo y el tema catalán se ha sosegado un poco, por lo que nos tomamos nuestro día a día con humor. Ahora pasaremos unos días descansando para poder volver en septiembre con gracietas renovadas.

Confío en que el libro le guste.

Rubén envía saludos y dice que le debe usted 20 euros. No sé si será verdad.

Sin más, un beso en la mejilla,
Kike.


Hola, Borja.

¿Y el jazz? Me preguntas. ¿Y el jazz? No lo sé, ya no lo sé. Tuve que dejarlo durante un tiempo. Esa música maldita está llena de dolor y golpes. Para mí el jazz es como una pelea en un bar de mala muerte: sin duda es la máxima expresión de la vida pero si lo practicas demasiado a menudo es posible que alguien acabe matándote. Ahora mismo paso las noches caminando por los peores callejones de Barcelona intentando olvidar que, no hace tanto tiempo, el jazz y yo y la ciudad y la noche éramos todo uno. Ahora ya no puedo escuchar jazz. Creo que mi cuerpo es demasiado frágil, ¿sabes? Si me acerco al local de Desdentado Joe o a “El Negro Manuel” o a “Cuelga tu sombrero en Míster Kelly” me entran sudores fríos, me castañetean los dientes, me tiemblan las rodillas, se me contrae el ano y puedo notar como mis testículos se esconden entre mis piernas y aúllan de pura tristeza. No, no puedo seguir escuchando jazz. No creas que no me pregunto por qué… Puede que fuera porque, una vez, besé a una mujer mientras sonaba ‘My melancholy baby’ de fondo y la chica, de piernas largas como un verano sin aire acondicionado, se fue sin despedirse. O puede que sea porque apareció muerta al día siguiente y yo no supe que lo que buscaba en mí era una protección que no le supe dar. ¿Si no por qué ninguna mujer se iba a fijar en alguien como yo? Sea como sea, ya no puedo escuchar jazz. El sonido de la propia palabra JAZZZZZZ me recuerda al de las olas de una playa golpeando contra las rocas. Y entre esas rocas, flotando, está mi cadáver. Soy yo, me he suicidado. ¿De fondo? Se oye jazz. Viene de una radio. Es la radio de mi coche. El coche de Kike. Está unos metros por encima del mar, en el acantilado. Probablemente el pobre diablo saltó desde ahí arriba. No pudo aguantar más. Al fin se atrevió a volver a escuchar jazz, pero fue justo antes de suicidarse. Kike no podía morir de otra manera. Una pena, el muchacho tenía potencial. ¿Ha sido un suicidio? No, espera, algo no cuadra. ¿Por qué iba a escuchar a John Coltrane? No, no… hay algo que huele a chamuscote. Kike no hubiera escogido a John Coltrane para suicidarse, habría escogido a Bill Evans, mucho más melancólico. John Coltrane no es música para dormir, es música para cocinar un pollo o para barrer, pero no para morir. ESTO NO ES UN SUICIDIO. ¿Estoy hablando de lo que estoy hablando? Sí, exacto: Kike ha sido asesinado. Fíjate el rostro, ha quedado completamente desfigurado. Su cara no ha podido quedar así al caer del acantilado, se la han destrozado contra las rocas. ¿Quién es esa persona que está mirando de lejos la escena? Exacto: soy yo. Soy Kike. He fingido mi propio asesinato. Es la única manera de llegar hasta el fondo de esto. Vigila, Borja. Sé que estás implicado. Esta carta no era más que mi manera de decirte que ando detrás tuyo y que no pienso descansar hasta acabar con tu vida y saber que fuiste tú quien mató a mi pequeña. Lucille, se llamaba. Sólo estuve con ella una noche pero jamás la olvidaré ni amaré a otra mujer. Y tú la mataste. ¿Por qué? Por sus diamantes, claro. Y para cobrar el seguro.

Te quiere,
Kike


Querido Antonio,

¿Cómo va todo? ¿Sigues practicando el tiro al arco como te recomendé? Te dije que al principio es una tarea algo frustrante y que es difícil resistir la tentación de romper el maldito arco con las rodillas pero confío en que hayas avanzado un poco. Sin duda alguna, el tiro al arco es una actividad que templa el espíritu y fortalece los brazos. La concentración que requiere nos aproxima al Señor.

Por aquí no hay mucho que contar. Aprovecho los escasos momentos de paz para escribir. El enemigo ha salido un rato a comprarse un bocadillo y eso nos ha permitido descansar un rato. No sé si son peores estas esperas tensas bajo la lluvia o el habitual intercambio de balas e improperios. Ayer maté a tres. Generalmente salgo al campo de batalla y lo único que hago es gritar de un lado para otro para que se me vea ocupado y apenas mato, pero ayer tres hombres del bando contrario estuvieron insultándome y haciendo comentarios muy desagradables de mis orejas. ¿Te lo puedes creer? Siempre he estado un poco acomplejado de mis orejas y es cierto que su tamaño es considerable pero me pareció una falta de respeto esencial el hecho de mencionarlo ahí, en pleno campo de batalla. Uno de los hombres a los que maté era especialmente joven. No olvidaré sus ojos y su sonrisa. Cuando le aticé con la porra no se inmutó. Se me quedó mirando y sonriendo hasta que dejó de respirar. Luego no cerró los ojos sino que parecía estar recordando algo.

Matar a los otros dos fue más sencillo.

Ahora no me lo quito de la cabeza y por eso me he decidido a escribirte. ¿Crees que alguna vez volveré a ser el que era? ¿Crees que cuando esta maldita guerra acabe y vuelve a tu lado podré cogerte de la mano y pasear contigo como si no hubiera estado en este infierno? Cada vez tengo más dudas y a veces pienso que lo mejor sería morir fácilmente. Sé que es poco probable, pero si me dieran a elegir me gustaría que me matara un enemigo amable que me metiera en la cama y me cantara ‘Al borde del lago’ y luego me ahogara con la almohada. Por supuesto, nadie en la guerra muere así. ¡Sería carísimo! Qué pena que las guerras se organicen tan, tan mal… En fin, como te decía, búscate un hombre bueno. Dudo que yo vaya a regresa. Y si lo hago, lo que regrese no será el Kike que conociste, sino un Kike muy distinto. Un monstruo. Un amasijo de nervios y mala leche. Te dejo. Voy a hacerle una paja al alférez.

Siempre tuyo…
Kike


Querida Aurelia,

Aquí todo es muy difícil. Siento empezar la carta de esta manera pero no sé de qué otra manera podría expresar lo que ocurre aquí dentro. He hecho algunos amigos, sí, pero no suponen un alivio significativo del sufrimiento constante que supone estar aquí, lejos de todo. Encerrado y deshumanizado (sí, deshumanizado, porque aquí no somos más que cosas). Y deja que lo diga así “amigos”. Amigos entre comillas, porque no son tales, son aliados. Si alguna vez consiguiera salir y me encontrara con alguno de ellos me cruzaría de acera. Sin ir más lejos, el otro día hicimos un partido de fútbol. Yo, por suerte, me mantuve alejado, pero hubo 60 heridos. 60 HERIDOS. Y todo porque unos decidieron jugar con camiseta y otros sin camiseta para distinguir los equipos. Pero luego los que llevaban camiseta empezaron a sudar y decidieron quitarse la camiseta, así que al final todos iban sin camiseta y era difícil a qué equipo pertenecía cada jugador. Por ese motivo, Joe “uñas” Thompson decidió hacer una pequeña señal “en color rojo” en el pecho de los jugadores del equipo contrario. Todo el mundo accedió porque parecía buena idea. Pero dicha “señal” no era más que un tajo de dimensiones considerables que empezó a hacer usando un tenedor viejo que guardaba detrás de una muela. Algunos jugadores se quejaron. Otros cayeron desmayados. Y Joe seguía atizando tajos en el aire con su tenedor viejo. En medio del tumulto el balón empezó a rodar a solas y entró en la portería. Alguien gritó “gol” y todos los presos lo celebraron a la vez, porque todo el mundo insistió en decir que era un gol de su equipo (dado que los equipos iniciales habían quedado ya completamente difuminados). Al final, de pura alegría, hubo tumultos y 15 presos se encaramaron a las rejas del patio. 10 de ellos cayeron electrocutados. Los otros 5 fueron víctimas de las gaviotas (¿por qué son tan agresivas las gaviotas?). Los guardias tuvieron que intervenir y metieron a 24 presos en El Agujero. Dicho lugar es una celda sin luz, cama ni suelo pensada para quebrar la voluntad de los más rebeldes. Los presos que son castigados con permanecer unos días El Agujero se ven obligados a sostenerse a sí mismos tirando de sus pelos hacia arriba a fin de no caerse. Algunos acaban gritando de puro cansancio. Cuando los guardias te arrojan la comida desde la puerta tienes que cogerla al aire o, dado que no hay suelo, la pierdes para siempre y te quedas un día más sin comer.

En fin… bastante mal. Y la comida es terrible. El pato a la naranja aquí lo hacen con mandarina. ¿Sabes que la leche no es ecológica? Por suerte, el tiempo de mi condena me ha servido para escribir ‘Historia, el libro’. Confío en que te gusta. Ahora mismo estoy escribiendo otro que se titula ‘La señorita de la casa de las rosas’ y que va de robots gigantes.

Siempre tuyo,
Kike


Estimada Adela,

Siento decírtelo pero el problema con las gaviotas está lejos de solucionarse. Tus consejos no funcionaron como esperábamos y diría que ahora son más agresivas. Las arenques no son un buen repelente para estos desagradables pájaros. ¡TODO LO CONTRARIO! ¿Dónde leíste una información tan inexacta? De cara al futuro te agradecería que no fueras lanzando consejos absurdos de forma tan gratuita. No te guardo rencor por ello porque entiendo que lo hiciste con la mejor intención, pero tenía que decírtelo, ya me disculparás. La compra de tu libro ‘Historia, el libro’ se ha entendido por aquí como un gesto de amabilidad por tu parte y que debe enterrar el hacha de guerra entre nosotros. Así sea. De hecho, yo me siento bastante más relajado con este tema porque aprecio tu amistad y sería una pena que por 3 o 67 gaviotas nos distanciáramos.

Escribo estas líneas desde el sótano, el único lugar de la casa que todavía no ha sido tomado por las gaviotas. Sus graznidos son terribles iiiiih, iiiiiih ah ah ah ah iiiiih. Luego, sobre todo por la noche, lanzan unos quejidos raros que suenan más como “grrrrraaauuuh, grrrururuuuuaaahhh vota al PP o te mato”. En fin, las costumbres típicas de esos odiosos animales.

Pero vaya, a lo que iba: todo está ya olvidado. Aunque tus consejos fueron terribles y la plaga de gaviotas ha ido a peor, sabemos ahora que no fue a mala intención y que tú sólo pretendías ayudar.

¿Cómo está la tía Águeda? ¿Sigue con sus problemas de espalda? Recuerda hacerle friegas con ginebra, eso solía calmarla un poco. Oh, maldita sea… maldita sea… se oyen… ya vienen. Ya están aquí. Si recibes esta carta será porque la habrán arrancado de mis manos frías y muertas… Son fuertes, han abierto un agujero. Rápido, alerta a los demás.

Kike


Señor Ángel,

Hemos visto que ha comprado usted tres ejemplares del mismo libro (‘Historia, el libro’, de El Mundo Today, medio al que no sólo pertenezco sino que alegremente dirijo). Me veo en la obligación de advertirle de que las tres copias son exactamente iguales y que, en caso de que no entienda su lectura a la primera el hecho de disponer de más ejemplares no le ayudará en absoluto. Puede usted leer el mismo libro tres veces y la experiencia será bastante similar a leer tres copias distintas del mismo libro. En honor a la verdad he de reconocer que algunos ejemplares del libro son ligeramente distintos a los de la edición anterior y tienen algunas páginas suplementarias, pero eso es todo. No sé hasta qué punto que los tres ejemplares sean exactamente iguales puede suponer una decepción. Por ese motivo listamos una serie de usos que puede dar a los dos ejemplares restantes:

  • Apuntar números de teléfono.
  • Avivar el fuego.
  • Abanicarse.
  • Pienso para vacas.
  • Pienso para cabras
  • Pienso para hervíboros en general.
  • Un libro para usarlo en el WC (sería repugnante usar el mismo libro en el el lavabo y, por ejemplo, en el sofá)

Por lo demás, también podría usar los dos libros restantes para regalárselos a sus grandes amigos Chispi y Emilia.

Sin más,
Kike


Sant Antoni, Barcelona a 6 de agosto de 2018.

Estimado Alfonso,

Me alegra sobremanera que hayas comprado ‘Historia, el libro’ pero he de decirte que no es suficiente. Necesitamos dinero cuanto antes. Aquí todo es muy difícil. Yo llevo días en los que apenas puedo levantarme de la cama. Tu padre llora a todas horas. La prima Alicia ya no es la niña risueña que tú conociste sino que se ha vuelto taciturna, respondona y desconfiada.

La miseria nos come.

La cosecha ha sido mala.

Luis, de Andamios Luis, vino el otro día a exigir que le devolviéramos el préstamo que nos hizo el invierno pasado. No creo que podamos aguantar mucho más. Yo bebo cada día más. Un alcohol terrible y barato que sabe a vómito y a fracaso.

¿A ti cómo te va todo? Espero que la vida te esté resultando fácil. ¿Te lo estás pasando bien? Nosotros no. Tenemos hambre. Nos hemos comido al perro. El gato ha huido.

Las ventas del libro, aunque van a buen ritmo, sólo proporcionan un alivio que prolonga nuestra agonía.

Iré al grano: necesitamos 8.000 euros. Sé que tú los tienes. Por favor, ten compasión.

Siento no ser más optimista, pero las circunstancias son muy duras.

Te quiere,
Kike.


Estimado Álvaro,

He visto en el informativo que se han acabado los huevos en Lugo. Ayer, una mujer decidió cocinar un soufflé tan enorme que se quedó con todo el inventario de huevos de su zona. A tomar por culo los huevos. Entiendo que a ti no te afecta, pero he creído que te agradaría saberlo porque siempre te gustaron los huevos y el soufflé. En fin, es un dato curioso que me hizo pensar en ti y me animó a escribirte esta carta. ¿Cómo va todo en California? ¿Has conseguido realizar alguno de esos GRANDES SUEÑOS que te empujaban a abandonarnos aquí, en la granja, como quien deja atrás un trozo de ropa vieja que ya no le sirve? Pese al infinito rencor que hemos ido acumulando hacia tu persona en los últimos años, estamos bien. Nos gusta imaginarte por las noches intentando acostarte con algún productor a fin de conseguir un papel. Tienes muy buena polla, así que no entiendo por qué te está costando tanto tirar adelante en el mundo del cine.

Tu madre, que te quiere,
Kike


Estimado David,

Esta no es la primera carta que escribo pero la prudencia y el decoro me han obligado a arrojar al fuego los anteriores borradores. Entiendo perfectamente que mis pretensiones hacia usted no son correspondidas. Yo confiaba en poder conocerle en persona. Quizá pasear por la alameda y dejarle coger mi cintura, mirarnos… quedarnos en silencio y dejar que la naturaleza fogosa de ambos se adueñara de nuestros gestos y… y… en fin, hacer el amor.

Lamento, sin embargo, que todos esos sueños hayan quedado reducidos a un intercambio comercial con motivo de ‘Historia, el libro’. Pensaba que usted querría algo más de mí. Estoy tan decepcionado como avergonzado. ¿Cómo pude ser tan tonto? ¿Qué soy? ¿Una chiquilla? ¡Oh, pero qué imbécil! Escribo ahora estas palabras a través de un velo de lágrimas amargas. La boca me sabe a hiel y sangre, pues me he mordido de pura rabia.

Confío en que disfrute del libro de historia ya que nuestra relación se limitará a las palabras que aparecen en sus páginas.

Le regoraría, eso sí, que por respeto a mi persona dejara de escribirme. Le adjunto, como pequeño acto de venganza, un dibujo no solicitado de mi pene.

[dibujo y de rasgos obscenamente exagerados de un pene]

Con rencor,
Kike.


Hola Pedro María,

Me alegra mucho encontrar un rato para, al fin, escribirte. ¿Cómo te está tratando el verano? Nosotros aquí parece que estemos respirando plomo fundido. El cielo huele a ceniza y orines. No hay un sólo producto fresco que no sucumba a la podredumbre del Sol. La piel quema a todas horas. Y, pese al dolor que siento en todo momento, mi mente sólo está ocupada en ti. “¿Cómo estará pasando Pedro María el verano? ¿Estará bien? ¿Estará sudando mucho? ¿Podrá dormir? ¿Se le oirán sus muslos regordetes al rozarse uno con otro mientras camina haciendo fsshhh fffshhhh?”. Estas son las preguntas que me hago todo el tiempo. Así que ahora que he tenido al fin un rato libre (los hámsters me ocupan casi todo el día, hay que alimentarlos, lavarlos, enseñarles idiomas… y están más agresivos que de costumbre) déjame que te dé algunos consejos para el calor:

  • Sal a la calle siempre al mediodía. Por lo que sé, es cuando más gente hay, así que si desfalleces por el calor seguro que alguien puede ayudarte. En cambio, si sales a la calle cuando no hay Sol, aunque estés más fresco, estarás a solas. Nadie que sea medianamente normal quiere estar a solas.
  • Hazte amigo de un esquimal, suelen llevar nieve encima y te podrá facilitar un poco para refrescarte.
  • Evita, en la medida de lo posible, pelear con osos.
  • Bebe mucho alcohol: el alcohol es básicamente agua con cosas y conviene estar hidratado todo lo posible. Bebe todo el alcohol que puedas, especialmente en las horas del día en las que haya más temperaturas.
  • No te quedes a oscuras en casa. Hay gente que para que el calor no entre en sus pisos baja las persianas y vive en la penumbra de junio a setiembre. Evita eso. El ser humano, cuando se encuentra a oscuras, siente una natural inclinación a masturbarse. Y masturbarse en verano es muy peligroso porque puedes deshidratarte.
  • No lleves, bajo ningún concepto, pantalones cortos.
  • Consume mucha carne, porque el calor es extenuante. Estarás cansado todo el tiempo y eso es porque estás alimentándote mal. Necesitas cosas con muchas proteínas.

Eso es todo. Por favor, cuídate mucho. Saluda a Rubén, dile que venga a verme. ¿Cómo está? Yo le echo mucho de menos, pero supongo que es siempre será mejor que nos veamos pocos. Él y yo no combinamos bien. Es una pena, porque no creo que sea una persona mala. Creo que, simplemente, está confuso y siempre tiene miedo. Y esa angustia hace que yo siempre esté nervioso en su presencia y al final acabemos siempre discutiendo. Pero basta, basta. Tengo que salir a la calle a comprar dos calabacines para metérmelos en el ano y me van a cerrar las tiendas.

Te quiere,
Kike


Estimada Vanesa,

Ante todo, gracias por adquirir ‘Historia, el libro’. En este libro el equipo de El Mundo Today ha desnudado su alma y aunque los chistes y cuchufletas que se incluyen en el mismo parecen seguir la línea de descreída ironía que caracteriza a ese medio, en realidad para nosotros es un libro muy personal. Es cierto que todos los chistes son reciclados, pero aún así hemos intentado dotarle de un corpus que lo conviertan en una pieza única y con un sentido estricto (la inutilidad de la vida). Por eso mismo nos desagrada sobremanera su intención de leer este libro en el retrete, mientras hace de vientre. ¿Es eso cierto? ¿Ese es el lugar más adecuado para leer el libro? Aquí en la redacción nos resulta una idea de lo más desagradable. Si el libro hubiera estado escrito en el retrete no nos parecería mal, pero no ha sido así en un 80%. Por lo tanto, por favor, no lea el libro mientras defeca, nos parecería una total falta de respeto. Creemos que, además, la actividad gástrica saludable requiere de la total entrega de cada persona, que no debería mantener su mente ocupada en nada más que no sea erogar heces por el ano con la mayor limpieza y eficiencia posible.

Por favor, tómese estas palabras muy en serio. Estamos seguros de que así será.

Siempre suyo,
Kike

PD. Confío en que esta carta tampoco será leída en el retrete.


Estimada María Jesús,

Te agradezco la compra de ‘Historia, el libro’. Finalmente hemos quedado muy contentos del acabado. Al principio queríamos editarlo sobre la piel humana de nuestros enemigos pero, a la postre, nos hemos tenido que decantar sobre el papel. Nuestros editores nos dijeron que imprimir sobre piel humana hubiera encarecido demasiado el coste de impresión y que, además, no tenemos tantos enemigos como para poder hacer varias copias. La tinta, sin embargo, sí que tiene pequeñas cantidades de sangre. No es sangre de un enemigo-enemigo, pero es de una persona que nos cae un poco mal. Nos conformamos con poco, como ves. ¿Tú cómo estás? Confío en que ya hayas superado tus problemas de lumbago. La heroína, como te dije en mi anterior misiva, es un remedio muy eficaz para esa dolencia. Al menos, eso es lo que decía siempre mi abuelo. Oh, cómo echo de menos a mi abuelo. ¿Sabías que le llamaban Juan “el jeringas”? No sé a qué se debía el mote. El pobre siempre tuvo muchos problemas de lumbago. Y de dinero, siempre andaba pidiendo dinero a todo el mundo. Supongo que se gastaba lo poco que tenía en chándales, dado que le gustaban muchísimo. O en el Día, dado que siempre estaba en la puerta de ese supermercado. En fin, disfruta el libro.

Siempre tuyo,
Kike


Querido Nacho,

Oh, qué pena que no estés aquí. En esta época del año la gentrificación alcanza su plenitud y todo está precioso, justo como a ti te gusta. Los hipsters ya ha perdido su pelaje casi por completo y se les ve al fin la cara otra vez limpia de barba. Los turistas arrastran las maletas brrpppppppppp rpppppppp por las aceras haciendo un ruido de lo más relajante típico del verano. Me encanta ese ruido. La verdad es que me ayuda a dormir. Y las terrazas. Oh, las terrazas… A ti, que siempre te gustaron, están llenas de gente que insiste en que le añadan hielo al vino o al café o a las patatas bravas. En definitiva: está todo listo para que de aquí a unos días los viejos del lugar salgan de sus casas con las escopetas y traten de dar caza a todo el mundo. El año pasado una vieja llamada Antonia mató a 13 jóvenes. Luego, como es natural, se cuelgan bocabajo, se despellejan y se dejan secar. De eso se alimentan todo el año. En otoño la proliferación de ofertas de freelance hará que se inicie el ciclo otra vez: los hipsters se dejarán crecer la barba, volverán a poblarse los cafés, etcétera. Cada año lo mismo. Es un espectáculo precioso.

No sé por qué te estoy contando esto, supongo que estoy algo melancólico. Ya sabes que siempre me pongo un poco “así” en esta época y con la edad me ha ido a peor. Mi ánimo ya no es el que era. Si me disculpas, necesito ir a comprobar que mi sangre fluye y que todo funciona correctamente.

Siempre tuyo,
Kike


Querido José Ignacio.

Sin rodeos: me he comido a mamá. No podía seguir escuchando sus monsergas. Llevaba tiempo considerando asesinarla pero me parecía un acto aberrante e inmoral. Luego llegué a la conclusión de que asesinar a un ser vivo para alimentarse es un acto natural, por lo que ahora mismo estoy comiéndomela. Pensé que tenía que avisarte. Entiendo que tú hace años que no hablas con mamá y que por tanto te importará poco, pero las formalidades hay que mantenerlas. Te puedo asegurar de que me he comido ya la mayor parte del cuerpo y que apenas he tirado nada. Creo que ahora mismo quedan sólo dos o tres kilos de carne. No estoy disfrutando su ingesta, pero no soy un asesino y por lo tanto no desperdiciaré ni un bocado.

Por lo demás, por aquí todo bien. Te adjunto un ejemplar de mi libro, está lleno de chistes y tonterías pero creo que una mente como la tuya podría disfrutarlo. Yo prefiero lecturas algo más profundas pero a ti siempre te gustaron los divertimentos.

Te dejo, algo me ha sentado mal al estómago y no puedo seguir escribiendo.

Te quiere,
Kike


Señor José Liébana,

Le agradezco sobremanera la adquisición de nuestro libro ‘Historia, el libro’. Espero que sea de su agrado como lo ha sido de un par de miles de personas que lo han disfrutado antes que usted. Con esto no quiero decirle que usted tenga la OBLIGACIÓN de deleitarse con el libro. No sienta presión alguna. En general creo que la disposición a la hora de enfrentarse a un libro debe ser siempre más o menos neutra. Clínica, diría. Un lector debe enfrentarse a un libro con el ánimo limpio de expectativas. Pese a todo, como digo, estoy seguro de que encontrará el libro interesante y divertido.

Aún así, si me lo permite, quisiera detallarle el listado de libros que vamos a editar próximamente. La intención de reproducirle el título de los libros no es otra que tranquilizar su espíritu y que, si realmente el libro ‘Historia, el libro’ le gusta, no se angustie al comprobar que se aproxima a su final y no sabe si podrá volver a leer algo semejante. Por supuesto que tal cosa será posible. Le enumero, pues, los títulos que queremos editar próximamente. No todos son de humor, sino que esperamos proporcionar un abanico amplio de géneros y temáticas:

  • Transformar una barbacoa en una orgía. 15 trucos.
  • 1000 idiotas (libro de fotografía)
  • Leviatán. Ganar peleas usando versos de Hölderlin. Una aplicación práctica del romanticismo alemán.
  • ¿Te has despertado y no sabes quién eres y hay dos niños que dicen ser tus hijos? Guía para ser adulto
  • COCAÍNA: El destino del verano (guía de viajes)
  • Cómo ascender en el trabajo siendo tan mezquino como los demás
  • Cirugía maxilofacial. Una guía para practicarlo en casa.
  • Cómo transformar tus riñones en dinero. “Así me hice rico”.
  • ¿Cómo saber si tu vida es el proyecto artístico de alguien?
  • Chicas del capitalismo (libro de fotografía)
  • Rubén. Una guía de Rubén
  • La Constitución Española

Como ve, hemos orientado nuestra línea editorial hacia la construcción personal, el coaching y la didáctica. Especialmente este último título (La Constitución Española) creemos que puede ser un superventas.

Sin más y agradeciéndole su compra,
Kike


Estimada Gabriela,

Por favor, deja de acosarme, ya no sé cómo decírtelo. ¿Crees que no sé a qué se debían los ruidos que pudimos oír anoche en el patio trasero? Sí, claro que lo sé. Eras tú revolviendo la basura disfrazada de mapache. Deja de espiarme, por favor te lo pido. ¿Es que no me vas a dejar vivir tranquilo? ¿Cuándo vas a entender que tú y yo ya no somos absolutamente nada? Nunca lo fuimos.

Deja de enviarme fotos.

Deja de escribirme cartas.

Deja de hacerte pasar por un técnico del gas. ¿Crees que no te reconozco detrás del falso bigote?

Y por favor, POR FAVOR, deja de comprar ‘Historia, el libro’ de El Mundo Today. Te enviaré una copia y podrás leerlo, pero no creas que eso va a reabrir nada entre tú y yo. Nuestra relación está acabada, como ya te dije la última vez que nos vimos en el aeropuerto. No sé por qué siempre tenemos que quedar en el aeropuerto, es carísimo y no me lo puedo permitir. Y, además, el ruido de los aviones impide hablar con tranquilidad, como te he repetido mil veces. Sí, ya sé… ya sé que no puedes vivir sin mí, pero eso tiene fácil arreglo, ¿no crees?

Por lo demás, me gustaría que me enviaras todo lo que me dejé en tu casa la última vez, te hago un listado:

  • El lavavajillas: es mío y sabes que sólo puedo usar el mío, no soy capaz de usar otro.
  • 15 monedas de 10 céntimos.
  • Un calcetín de color morado con la palabra ‘Angeles Lakers’ bordada en un lateral.
  • Mi chapa “Pedro Sánchez Presidente”
  • Un trozo de mineral de azogue.
  • El disco ‘Soy todo tuyo’ de La Nueva Troba de Magaluf.
  • Mi pendh drive con mi colección de fotos de perros feos.
  • Mi taza con la inscripción ‘Fotoprix. Tus fotos más preciadas’.
  • Mi “caja sorpresa” (NO LA ABRAS)

Confío en que entrarás en razón y que, a la vuelta del correo, recibiré un paquete con todo esto. Lo nuestro ha acabado, yo ya no sé cómo decírtelo. Deja de espiarme. Deja de pensar en mí. No puedo ver a nadie ni mantener ningún tipo de relación humana hasta que me termine el Dark Souls III. He entendido que ese es mi destino y te ruego que lo comprendas. Cuando haya terminado ese dichoso juego quizá pueda volver a tener una vida normal, pero será imposible hasta entonces. Por lo demás, no soy muy optimista, dado que aún continúo en el nivel I.

Siempre tuyo pero en la distancia,
Kike


Querido Francisco,

¿Cómo va todo? ¿Cómo están los gemelos? ¡Espero que bien! ¿Y el perro aquél que siempre tenías por casa? ¿Se murió ya? Francamente, siempre tenía ese aspecto frágil (y maloliente) que le hacían parecer un cadáver ya. Por aquí todos estamos muy bien. Yo en estas fechas siempre preparo mi habitual conserva de tomate, aprovechando que están bien reventones, como el esfínter de un actor de cine gay. Merece la pena aprovechar la temporada. Es un poco pesado, no te voy a engañar. Lo primero que hago es poner agua a hervir para quitarle la piel al tomate. Luego, una cosa que me gusta hacer, es comprobar que el agua está caliente metiendo al gato dentro. Si me araña, el agua está ya en su punto. Entonces meto los tomates en el agua. Luego tiro el agua a unas macetas y entierro los tomates. Luego añado sal a la tierra para que no crezca nada más en ella. A continuación (y esto es mi “toque personal”) lo que hago es comprar 15 latas de tomate en conserva. Abro las latas, me como el contenido. Lo vomito, a causa de las cantidades inhumanas que he ingerido. Luego me tumbo en la cama y juro por Dios que no volveré a hacer tal cosa nunca más. Luego pido varias pizzas a Telepizza (tiene que ser Telepizza, porque soy un viejo tradicional, jejeje). Quito el pan. Quito el queso. Quito los toppings. Dejo únicamente el cartón y la salsa de tomate. Lo trituro todo mientras escucho ‘Y si fuera ella’ de Alejandro Sanz. Bailo un poco. Me desmayo. Miro lo que he hecho anteriormente y decido que es todo basura. Bajo otra vez a por tomates, los pongo en botes y cierro bien fuerte la tapa. Dejo los botes con los del año pasado. Luego no vuelvo a hacerles caso nunca más, porque no son aptos para el consumo, lógicamente.

Y ya está, así es como paso mis días durante agosto. Espero que vosotros también estéis bien distraídos. Al menos, ‘Historia, el libro’ contribuirá a vuestro esparcimiento. Confío en que lo leeréis por las noches, todos juntos. Yo también lo leeré por las noches y así parecerá que estamos todos en la misma habitación. Todos juntos, como cuando éramos felices. ¿Algún día volveremos a estar tan bien como antes? Yo lo dudo… pero ya me he hecho a la idea.

Siempre vuestro,
Kike


Estimado Victor,

Disculpa que recurra a la frialdad de la computadora para escribirte esta carta, pero estoy usando el reconocimiento de voz para poder escribir. Anoche, en un arrebato de hambre y calor me comí los brazos. No podía más. A tomar por culo los brazos. A decir verdad, hasta ahora sólo me habían traído disgustos y en la época estival desprendían un calor insoportable.

Cómo va todo signo de interrogación signo de interrogación Vale da igual. Por aquí todo bien. Mucho calor. Yo he cogido una pequeña indigestión esta noche, no sé por qué. Lo cierto es que mi salud va de mal en peor. Hoy, por ejemplo, me ha costado mucho levantarme de la cama. Hacer cualquier tarea se ha convertido en un suplicio insoportable. Por ese motivo me he decidido a escribirte dos puntos. Dos puntos. Dos. Puntos. .. : necesito que o bien me envíes dinero o bien acudas a casa a ayudarme en mis tareas domésticas. Ahora mismo soy prácticamente un minusválido incapaz de desempeñar las tareas más sencillas. Necesito pedirte un favor enorme que sólo se le puede pedir a aquellos que tienen más confianza con uno mismo. Hay zonas muy oscuras de mi persona que necesitan una limpieza urgente. Mi intimidad. Borra eso. Siri borra eso. Deshacer. Deshacer. Vale. Bueno. No pasa nada. Te dejo, me ha entrado un poquito de hambre y estoy valorando comerme las piernas.

Siempre tuyo,
Kike


Estimado Rafael,

Siento que las cosas entre nosotros acabaran de ese modo. Siempre supuse que nos uniría una gran amistad que sería inquebrantable (no quebrantable, por si no entiende la función del prefijo “in”) y que duraría eternamente. Ahora entiendo que estaba muy equivocado. Su manera de comportarse es inexcusable (no excusable): no sólo me denigró delante de mi tía Águeda (una persona frágil y que me tiene en alta estima) sino que usted insistió en andar por el pueblo profiriendo falsedades en torno a mi persona. ¿Cuándo he mantenido yo relaciones con mapaches? Jamás. ¿Cuándo he dicho yo que soy aficionado a las arenques? Jamás. ¿Cuándo he hecho yo trampas al ajedrez? Jamás. Respecto a esto último le recuerdo que la última vez que usted y yo coincidimos tuvimos a bien de jugar a la ajedrez de forma un tanto anárquica y usted no vio ningún problema en que yo usara un caballo real en sustitución de una de las piezas. El caballo se comportó en todo momento con mesura y prudencia, tal y como fue educado. Por supuesto, sus pezuñas son muy grandes y el jaque mate a mi favor fue inevitable (no evitable) pero usted había accedido a jugar así, por lo que no puede decirse que yo hiciera “trampas” como usted le estuvo diciendo el otro día al señor James, gran amigo de mi familia.

(Me doy cuenta ahora de que su falta de educación quizá le impide entender lo que significa ‘quebrantable’, eso es cuando algo puede romperse, como nuestra amistad o mi corazón o sus dientes, Dios no lo quiera)

Le digo todo esto porque he comprobado que su compra en nuestra humilde tienda ha sido generosa: no sólo ha adquirido ‘Historia, el libro’ sino otros bienes de altísima calidad. ¿Le estoy agradecido por ello? En absoluto. Tengo la certeza de que si ha adquirido tales productos ha sido para ahorrarse los gastos de envío? ¿Se cree usted que yo me chupo el dedo? De aquí en adelante, confío en seguir siendo su proveedor oficial de información (vía nuestro diario El Mundo Today) y su suministrador de objetos de comedia (vía La Llama) pero le rogaría que si nos cruzáramos por la ciudad o por al ateneo tenga a bien de no saludarme, yo haré lo mismo. Aquí paz y después cocaína y ya está.

Sin más, me despido, no sin antes asegurarle de que me he introducido esta carta en el ano antes de enviarla, por lo que usted está tocándome el ano ahora mismo de forma indirecta. Jajaja, me cobré mi venganza.

Sant Antoni, Barcelona a 5 de agosto de 2018.
Kike


Querida Lourdes,

¿Cómo va todo por ahí? Nosotros aquí estamos bien, algo alicaidos a causa del calor. Lo bueno del calor es que quita algo de hambre y eso que ganamos. No nos han llegado los últimos talones con dinero, imagino que ha habido algún problema. No te preocupes, ya llegarán los siguientes.

¿Qué fueron de las galletas que prometiste enviar? ¿Tuviste algún problema? No te preocupes. Nosotros, como digo, estamos bien. Últimamente mamá ha aprendido a cocinar tierra mucho mejor que antes, así que vamos tirando.

Los 19 euros del precio del libro nos vendrán muy bien y podremos aguantar algunas semanas más sin comernos al gato. Yo pedí dinero a Luis, de Andamios Luis, pero me dijo que mis brazos apenas pueden aguantar su propio peso por lo que decidió no contratarme. Mamá, del disgusto, guardó cama durante tres días seguidos. Por un lado era triste oírla sollozar de madrugada pero por otro lado fue una buena distracción para todos.

En la redacción de El Mundo Today las cosas no van bien tampoco. El viejo Puig está insoportable y cada vez cuesta más hacerle entrar en razón. Últimamente se queda dormido sobre los ferrotipos y cuesta despertarle. Cuando al fin abre los ojos grita a todo el mundo. Yo mismo ando preocupado por él pero el hambre me mantiene algo más despierto.

Estamos preparando un nuevo libro con la intención de publicar 10.000 copias y, esta vez, ganar algo más dinero. Será un libro de poemas, pues pensamos que los jóvenes están más interesados en ese género literario que en ningún otro. Ojalá hubiéramos apostado por la poesía desde el primer momento, ahora seríamos ricos.

Por favor, envía mermelada y dinero. Cuando te leas el libro, déjalo por ahí, en el metro, para que alguien más pueda leerlo. Cuando le veas abrir las tapas asáltale y pídele dinero. Luego envíanos el dinero. Necesitamos más dinero.

Siempre tuyo,
Kike

PD. Bebe mucho alcohol, hace una calor exagerada.


Estimado Miguel,

Escribo estas letras repiqueteando el teclado del ordenador con el pene, dado que el trabajo me impide tener las manos ocupadas en cualquier cosa que no produzca dinero. Aquí las cosas no van bien. Mamá no sale de la cama. Papá apenas habla. Se levanta temprano por las mañanas y acude a ordeñar a las vacas. Puedes oírlo farfullar mientras aprieta las enormes tetas de los animales. A veces llora. Vivir aquí nunca fue fácil pero ahora se ha convertido en un calvario. Desde que te marchaste todo ha ido a peor.

Hemos entendido el gesto de comprar ‘Historia, el libro’ como un saludo amistoso que se queda algo corto. Hubiéramos preferido que enviaras algo de dinero. Pero basta, basta. No sigamos hablando de calamidades. ¿Cómo te va todo? ¿Sigues con Matilde? Siempre ma preció una buena chica. Algo fresca, algo descocada (ya sabes que aquí somos algo chapados a la antigua) pero también se la ve una persona fuerte y con carácter. Esas caderas son capaces de engendrar muchos hijos, labor en la que confío que estés invirtiendo todo tu empeño. Siempre he pensado que los hijos traen alegría a un hogar y son la mejor inversión de futuro que un hombre honrado puede hacer. Respecto a mí… bueno, llevo tanto tiempo usando el pene para escribir que parece que le haya pasado un tren por encima. Dudo que pueda usarse para otra cosa que no sea arar el campo. De hecho, en ocasiones aro el campo con él. Últimamente llego tan cansado a las noches que ya casi no practico con la trompeta. El resto de miembros del ‘Kike Free Jazz Trio’ (las siete personas, dado que el trío es en realidad un octeto pero nunca vimos necesario cambiar el nombre del grupo) están algo recelosos y no entienden que yo, que siempre fu una alma libre y parecía más enfocado a las labores artísticas que al trabajo manual, últimamente sólo dedique mis días a trabajar. Pero, como digo, papá y mamá están muy mal. Rubén viene cada día a pedir el dinero. Cuando no hay dinero nos pide hacer cosas con él. Cosas horribles. El dinero del libro nos ayudará a aguantar unos días, por lo que sólo podemos decir gracias, gracias, gracias.

Ah, por cierto, ¿te siguen gustando tanto los arenques? Tía Águeda nos visitó este domingo y nos trajo 9, podemos enviarte uno con el expreso de la tarde. Por lo demás, poco más que decir. Aquí lo único que hay es frío y trabajo. No te guardamos rencor por habernos abandonado, aunque echamos de menos tus chistes y cuchufletres. Cucurr… Cuchu… lo siento, el pene me duele, no upedo seguir escrireiando. Lo tengo que dejjar aqui

xx

,.


Oh, Iker, qué bien saber de ti.

Francamente, tu silencio ha sido tan prolongado que nos temíamos lo peor. El señor Alfonso insistió de hecho en organizarte un entierro pero tía Águeda se negó. Hizo bien, aunque he de reconocer que yo mismo había perdido la esperanza de volver a saber de ti. Tu compra de ‘Historia, el libro’ es una preciosa manera de saber que continúas con vida y dando guerra. ¿Sabes algo de Ildefonso? Rosalía también anda algo preocupada porque tampoco ha dicho nada.

Es una auténtica pena que la comunicación ya no sea tan fluida como antes y estos largos silencios que hacen temer por la vida de los que queremos sean tan habituales.

La detención de todos los trenes por parte del gobierno fue una medida justa pero desproporcionada. Los trenes ni siquiera contaron con un buen abogado y era evidente que acabarían cumpliendo condena. El resultado es que cuesta mucho salir del pueblo y las cartas tienen pocas posibilidades de llegar a su destino. ¡Oh, por cierto! Ahora papá también se ha obsesionado con el vapor y lo acumula en jarras. Tiene la despensa llena. Dice que nos hará ricos invertir en ello porque es la energía del futuro. Eso espero, porque planea vender todas nuestras posesiones para poder comprar más tarros y seguir acumulando vapor.

Pero dejemos de hablar de nuestra triste realidad, ¿cómo estás tú? Espero saber de ti lo antes posible. Si no puedes escribir, indica en un papel (mediante palos) cuantos dedos te quedan.

Siempre tuyo,
Kike


Kike García
Kike Garcíahttp://www.elmundotoday.com
Kike García (Motilla del Palancar, 1957) és un dels creadors de El Mundo Today, on escriu articles, i col·labora en mitjans com El País i Cadena Ser. Ha publicat dos llibres: Historia, el libro i Constitución Española. Com a còmic té tres discos de comèdia: Live at La Llama Store, Un señor bajito i Lo mejor de Félix el gato. Ha actuat a llocs de prestigi com YouTube i el Festival Cruïlla. És soci de la Llibreria La Llama Store i actual editor de Ratachillona.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más cosas

Papá Noel Reanimated

Cabeza temporal