Tomás Álvarez nace en Madrid en 1982. No hace nada digno de reseña hasta que se une al grupo de teatro de la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid. Allí escribe un poco. Luego lo dejó todo por su auténtica pasión: ganar dinero en un trabajo. Allí entra en depresión severa y como parte de la terapia empieza a hacer improvisación teatral. Funda una compañía de improvisación. Años más tarde vuelve a trabajar normal, cuando ve que apenas le da para ganarse la vida. Pero no deja la impro. Lleva casi diez años haciendo espectáculos y dando clase de improvisación teatral y aplicada en la compañía WIT.