Deja un comentario

Conectado como MUY MAL HUMOR. ¿Quieres salir?
31 de agosto de 2021 a las 3.31 a.m.

Comentario

Hola,

Soy alumna de la Llama School y quería participar en el concurso SantiLlama, pero justo en el último momento he tenido un problema. A las 23.15h, cuando quería enviar el documento a vuestro email, el correo ha rebotado. Ponía error. Lo he probado varias veces y de diferentes maneras, y no funcionaba. No sé qué pasaba. Simplemente ponía error.

La cuestión es que cuando quedaban 30 minutos para que terminara el plazo de entrega, un vecino llamó a la puerta. Se ve que se le había caído el crío al suelo y tenía que ir con urgencia al hospital. No sabía con quién dejar al otro hijo. No supe decir con suficiente fuerza que yo estaba haciendo algo muy importante en ese momento. Me quedé mirando cómo sostenía en brazos a su hijo que no paraba de llorar con la frente partida por la mitad, y con la otra mano agarraba a su otro hermano pequeño. Cuánta sangre y qué sollozos.

A las 23.32h aproximadamente, el padre se fue al hospital y me dejó a su hijo de unos cinco años mirándome como supongo que debe mirar al perchero cuando se apaga la luz. En mi defensa diré que ya de por si al chaval no le caí en gracia. Volví al ordenador y continué intentando participar en el concurso con el crío al lado. Mientras insistentemente procuraba que os llegara el documento, perdí al chaval de vista. Reaccioné alrededor de las 23.45h cuando escuché un ruido en el balcón. Fui corriendo y vi al pequeño subido en la barandilla. No sé qué me asustó más, si verlo haciendo equilibrios encima de la baranda fina de metal o darme cuenta de que la criatura había abierto mi cajón SECRETO donde guardaba los juguetes sexuales y se había puesto en la cabeza un strapon. El niño llevaba un arnés de cuero con un pene de silicona como si de un sombrero se tratara. Vi el peligro de que se estampara y lo agarré con fuerza. Entonces eran las 23.50h. Ahora soy consciente que si el hijo de mi vecino se hubiera caído en ese instante, se habría matado desde un quinto piso con un falo sintético en su cabeza. No sabría cómo justificar aquello. Por suerte no sucedió, pero tampoco es que haya sido mucho mejor lo que pasó. En ese momento sólo pensaba que era mi deber conseguir enviar el relato dentro del plazo y ya eran las 23.51h. Me quedaba sin recursos.

Estuve 30 segundos paralizada frente al muchacho agarrándolo por el brazo. No se me ocurrió otra cosa que atarlo en el balcón con una cuerda de cuero que tenía para hacer bondage -la idea me la dio él, a ver: no haber abierto el cajón-. Cuando conseguí bajarlo lo envolví por la cintura y los brazos con una técnica que conocía e hice un nudo en la baranda. El niño se puso a llorar preguntando dónde estaba su padre. Creo que eso llamó la atención de los vecinos de la comunidad familiar. Recuerdo que en ese momento le dije muy seria mirándole fijamente a los ojos: “Quédate quieto, en unos minutos voy a por ti”. El problema es que esto es lo que él les dice ahora a la policía. Él y otro vecino que lo escuchó. Se ve que era rara la escena. Vale, vale. Podría haberlo hecho mejor, pero estaba tan nublada con el concurso que no pensé en ese momento en quitarle el arnés con pene de la cabeza.

A las 23.54h volví al ordenador y continué mi incansable lucha por participar en el concurso. Pero nada, el e-mail seguía sin funcionar. Apagué y encendí el router. Lo intenté todo. Veía mi oportunidad perdida, frente a mis ojos. No me dejaba concentrar el llanto del muchacho reclamando el regreso de su padre. Unos sollozos en plena terraza que destacaban frente al silencio de una comunidad vecinal que ya se había dispuesto a dormir. A las 23.55h insistentemente buscaba la manera de participar enviando emails que rebotaban. Error. Tenía sólo 5 minutos. Lo estaba pasando fatal. El niño dejó de llorar repentinamente e imaginé que todo estaba bien. Se había calmado. Escuchaba ruidos un tanto extraños pero no me pareció relevante. Podría haber sido cualquier cosa.

A las 23.56h sólo me preguntaba “¿conseguiré participar en vacaciones SantiLlama?” El tiempo pasaba. Tres minutos antes de que se terminara el plazo, 23.57h, percibí un grito intenso que se alejaba. “JODER, ahora no.”, pensé. No me percaté que el sonido decaía en la distancia. Yo seguía quejándome por dentro: “No grites niño, se despertarán todos. Ya voy, joder.”. Lo que tengo nítido en la memoria, claramente, es cómo los nervios se apoderaban de mí buscando soluciones mientras el tiempo pasaba, y tecleaba con un temblor que todavía no se me ha ido. Finalmente, cómo si se tratara de una iluminación, me vino la idea de que podía escribir en los comentarios el relato del concurso si no funcionaban los correos. Así lo hice. A las 23.58h copié y pegué el relato, pero la web se quedó pensando. Me desesperé. ¡No podía ser!, estaba la redonda de colores girando en la pantalla. A las 23.59h no se había actualizado. No sabía qué hacer. Me daba cuenta de que ya no podía hacer nada más. Del xoc me quedé mirando la pantalla pasadas las 00.00h con las manos en la cabeza. ¿Lo había conseguido o no? Se había terminado el plazo. El ordenador estaba procesando y apareció el comentario con el relato enviado a las 00.02h del día siguiente. ¡No!, fuera de plazo.

A las 00.02h picaron de nuevo la puerta. Era la policía. Se ve que el vecino después de dejar el pequeño en el hospital, volvió para coger ropa de recambio, y se encontró a su otro hijo de cinco años (que yo tenía que cuidar) sobrevolando en la ventana de su balcón atado con un cuero y con un strapon en la cabeza. No le sentó muy bien. De hecho mi vecino se enfadó. Estoy intentándole convencer de que ha sido un conjunto de infortunios. Ahora están analizando el juguete sexual para verificar que no hay fluidos míos. ¡¡Por supuesto que no los hay!! No me he follado la cabeza de ningún niño de 5 años. Me parece muy macabra la escena por la cual me quieren denunciar. Como si yo hubiera obligado a un crío a penetrarme con la fuerza de su cráneo. Estoy tranquila por eso, sé que no he hecho nada. Sólo quería participar en el concurso.

Ahora que la policía ya se ha ido y el correo no funciona, os explico todo esto en los comentarios para:

Pediros si me podéis confirmar que habéis recibido el relato por los comentarios y verificarlo, no sólo para usarlo yo cómo prueba si me denuncian, también para corroborar que he entrado en el concurso después de todo lo que me ha sucedido, a pesar de haber enviado a las 00.02h del día siguiente y haber utilizado otro medio para hacer llegar el texto. Mi vecino está dispuesto a confirmar que todo esto ha sucedido si lo necesitáis para que entre en concurso.

Muchas gracias por vuestra comprensión equipo de la Llama School,

ENVIAR

Mariona Palou
Mariona Palou
Filosofía, guión y comunicación digital. Su fortuna no ha salido todavía en Forbes.
Artículo anterior
Artículo siguiente

Más cosas

Papá Noel Reanimated

Cabeza temporal