Notas en una frase vulgar cualquiera (que albergan una gran aventura)

 Salí* de casa** y caminé***, hasta que al ver**** al perro***** volví****** para descansar*******.


Notas:

* No tuve más remedio que salir porque mi tío Sebastián llevaba horas hablando con mi primo Gervasio sobre la III Guerra Mundial y el hecho de que la guerra entre Ucrania y Rusia era el nuevo método que tienen los países para camuflar grandes conflictos internacionales y solventar la gran crisis mundial, que llevamos en realidad ya no sé cuántos años metidos en la III Guerra Mundial y que algún día esto va a petar bien fuerte, mientras mi primo Gervasio asentía y a veces introducía alguna postilla sobre nuevas armas y técnicas militares de última generación de las que hablaba de oídas, como una catapulta gigante que lanza tanques que pueden disparar en el aire, pero que no son aviones, sino tanques, y que mientras disparan a lo loco destruyen edificios, aviones y lo que haya y que si caen de pie pueden desplazarse y seguir disparando, pero que si caen boca abajo se quedan ahí, impidiendo que se abra la esclusa con los soldados, aunque pueden seguir disparando, pero en realidad es una mierda, y por eso están investigando y no los han usado.

** No era mi casa, sino la de mi tío Sebastián, a quien le pago un alquiler y eso que es mi tío, pero no se lo había dicho a mi madre porque de otro modo iba a pillarse un buen cabreo, porque cuando el tío Sebastián estaba estudiando iba a casa de mi madre a comer y a cenar casi todos los días y a veces incluso pasaba la noche en la litera de mi habitación y nunca le pagó nada, pero prefiero que mi madre no se entere o me dirá que vuelva, que el tío Sebastián es un caradura y que como en casa no se están en ningún sitio, aunque bien sabe ella que me marché porque a mis cuarenta y tres años ya es hora de que empiece a vivir mi vida, además ese día daba la casualidad de que había ido a visitarle mi primo Gervasio.

*** Iba a trote, más que andar, lo que pasa es que a veces pienso en ir corriendo a los sitios para hacer algo de ejercicio, despejarme y perder un poco de peso, pero si corro de verdad me canso muy pronto, con lo que he encontrado una manera de andar rápido mientras muevo los brazos y me agacho como si recogiera una cosa del suelo para fortalecer los cuádriceps, glúteo mayor, isquiotibiales y aductores.

**** En realidad, no veía un zurullo porque me estaba limpiando las gafas, ya que en uno de esos movimientos míos como mirando atrás rápido para robustecer la cadera y también para comprobar si me estaban siguiendo, lo cual no era el caso ese día, se me salieron las gafas y se cayeron a un charco de muy mal olor que suponía se había formado en la tormenta de la noche pasada, pero al limpiarlas con la camiseta me las puse fatal, así que les eché vaho y las volví a limpiar varias veces, pero quedaron peor y encima me pringué toda la ropa de peste.

***** Como tenía las gafas sucias y no veía un carajo, al principio pensé que era un niño o una persona muy bajita de piel oscura, no negro, sino muy morena, y cuando digo “muy morena” no es que esté usando un eufemismo para no decir “negro”, sino que era más bien marrón, y luego ya me di cuenta de que era un perro muy grande, posiblemente un San Bernardo, un rottweiler o un chiguagua con gigantismo.

****** No tenía ningunas ganas de volver a casa de mi tío Sebastián, pero el perro se vino hacía mí ladrando, babeando, con los ojos inyectados en sangre y las garras raspando el suelo tan fuerte que arrancaba pedazos de acera, o más o menos así es como lo sentí, y me vi obligado porque, claro, ese perro, que al principio pensé que era un niño o un enano marrón, pero ya me di cuenta de que era un rottweiler, se me tiró encima y empezó a follarme la cara, en concreto las gafas sucias de habérseme caído al charco, lo cual me dio por pensar que en lugar de un charco de la tormenta de la noche pasada era el meado de una perra en celo, así que después de quitármelo de encima, empecé a trotar muy rápido en dirección a la casa de mi tío, esta vez, sin mover los brazos y, sobre todo, sin agacharme.

******* Tenía el corazón latiéndome a toda pastilla, así que pensé que había hecho ejercicio de más y para toda la semana, con lo que me quité la ropa, la puse a lavar, me limpié las gafas con agua y jabón y me senté, intentando ignorar la conversación inacabable de mi tío Sebastián y mi primo Gervasio, cuando en ese momento llamó mi madre y me preguntó qué tal me iban las cosas, si estaba comiendo bien y también sobre que se había enterado, por la abuela Carmen, que mi tío me estaba cobrando un alquiler y que le pasara el teléfono que le iba a decir cuatro cosas, a lo que me negué, mientras mi primo comentaba que otra arma con la que estaban experimentando los rusos era un helicóptero de guerra con una estrella ninja gigante en lugar de aspas que podía volar boca abajo cercenando cabezas de soldados enemigos y partir edificios como una radial, pero que no se estaba usando porque a veces el aspa se desenganchaba sin querer, lo cual mi primo no entendía que fuera un inconveniente, a lo cual le dije a mi madre que la quería, colgué, me puse ropa limpia y salí (1) de casa (2) y caminé (3), hasta que al ver (4) al señor (5) calvo (6), volví (8) para descansar (9).


Notas a las notas:

(1) Estaba hasta los cojones de la conversación de mi primo y de mi tío, que no paraban de hablar sobre la puta guerra, además mi madre me había puesto todavía más de los nervios, con lo que otra vez me vi forzado a salir a la calle y…

Etcétera, etcétera, etcétera, etcétera.

Toni Cifuentes
Toni Cifuenteshttps://autotomiarelatos.wordpress.com/
Toni Cifuentes es guía, corrector de textos y escritor (cuando puede o le dejan).

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