Más fuerte, muchachos

Los Hombres de los Gimnasios gritan cada día más alto porque lo que levantan hoy es siempre más que lo que levantaron ayer. Los Hombres de los Gimnasios pueden hacer cualquier cosa menos conformarse con cualquier cosa, pueden masticar estaño y tratarte como a una reina. Las personas que no hacen press de banca miran poniendo caritas desde las ventanas de sus casas a los Hombres de los Gimnasios echados en sus bancos de ejercicios; los miran con el mando de la televisión agarrado en un puño, tristes como payasos de escayola. Para poner fin a las vidas de los Hombres de los Gimnasios hace falta tenerlos bien atados y pegarles un tiro en la sien con una pistola de perno cautivo como las que se utilizan para matar a las vacas en los mataderos industriales, pero esto no se dice porque la gente de la época en la que vivimos prefiere no hablar de la muerte. Toda la electricidad de Madrid la producen los esfuerzos de los Hombres de los Gimnasios: cada curl de bíceps enciende una bombilla en una casa del extrarradio provocando a su vez la sonrisa de un niño que contempla la luz halógena con esperanza en los ojos. No hay mujeres en los gimnasios, no quedan pesas para ellas, todas las pesas están reservadas para los Hombres de los Gimnasios. El hombre más fuerte del mundo se llama José Luis Alférez Sistachs y es de Girona. Dentro de su corazón una cabaña, dentro de la cabaña un fuego, dentro del fuego un músculo nuevo del que nadie sabía.

Jorge de Cascante
Jorge de Cascante
Jorge de Cascante lleva desde 1999 colaborando en prensa, revistas y fanzines. Sus artículos, columnas y cuentos han aparecido en publicaciones como La Vanguardia, VICE, El País, Apartamento, ICON, Vanity Fair, GQ o Tentaciones. Es autor del libro de relatos "Hace tiempo que vengo al taller y no sé a lo que vengo".

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