¿Y qué opinas del fruto prohibido? De que sea una manzana digo. ¿Quién decidió eso? Puestos a prohibir… Prohíbe… No sé… ¿Una granada? Da para metáfora. Mira, en mi humilde opinión la única tentación creíble es un peladillo. Bueno, vale, admito el melocotón como capricho irresistible. La verdad es que me vale cualquier cosa menos una manzana. Piénsalo… ¿Acaso hay una fruta más aburrida? ¡Todo el año de temporada! Y venga manzanas en el arte y en los cuentos desde que a un iluminado se le ocurrió que ésa era la forma del pecado. Hay que prohibir esa fruta. Vaya… Al final le hemos dado la razón ¿eh?
¿Y qué opinas del Norte? Coincidirás conmigo en que es subjetivo porque cada uno se orienta como quiere.
¿Y lo de ponerse de acuerdo para cambiar la hora? Mira, el tiempo, absoluto, absoluto… No es… Amanece cuando amanece y anochece cuando anochece sí, pero debería ser responsabilidad de cada uno decidir a qué hora es eso.
¿El Sistema Internacional? Bueno, es que me tiras de la lengua. Entre tú y yo: para mí que es demasiado internacional y desnaturaliza. Hay que volver a pensar en 𝘧𝘦𝘳𝘳𝘢𝘥𝘰𝘴 por ejemplo. ¡Ferrados! Un genio el que definió un recipiente de madera para determinar el potencial productivo de la tierra. Un volumen de grano que mide superficie de siembra. ¡Eso sí que es una unidad de medida chico! Ambiciosa, relativa. Tan relativa que hay cuarenta tipos reconocidos de 𝘧𝘦𝘳𝘳𝘢𝘥𝘰 en una horquilla que va desde los 64 m² a los 725 m². Todo actitud. Hay que recuperar eso. Digo más: que cada uno decida cuál es su medida para la vida y en base a ella calcule todo lo demás. El mundo no va a ser más caótico de lo que ya es, ¿no? Y así lo dejamos bien absurdo. Habitable.
¿Tú qué opinas?