Sucesos que podrían llevar a Emmanuel Macron a pulsar el botón nuclear

Treinta pisos por debajo de los Campos Elíseos se encuentra la sala del juicio final. Una sala alargada con una alfombra roja, rodeada de cortinas de terciopelo en color rojo, blanco y azul. En los laterales, colocados en la pared, cientos de retratos de todos los tamaños y estilos de Emmanuel Macron. En el centro hay un pequeño botón rojo sobre un pedestal de piel y terciopelo. Pulsarlo significa el lanzamiento de 16 misiles nucleares desde 16 brasseries distribuidas por todo París. A Emmanuel Macron esta sala le pone cachondo, y por eso la denomina: «la salle rouge des passions».

Es bien conocido: Emmanuel Macron es un hombre enamorado de Francia, pero, sobre todo, enamorado de sí mismo. No es descabellado pensar que un error al usar «la salle rouge des passions» para los placeres de la vida podría llevarnos a un «c’est la fin des haricots». Por eso, he desarrollado una lista de improbables pero posibles sucesos.

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Emmanuel Macron entra en «la salle rouge des passions» rodeado de una multitud. Todos van vestidos de época con máscaras de porcelana. Un grupo de músicos comienza a tocar mientras decenas de camareros sirven canapés. Con la fiesta ya empezada, Emmanuel extiende su brazo con una copa de champagne. “¡Pog Fangsia, pego, sogbe togo, pog mí!”. Da un trago mientras los invitados aplauden y deja la copa sobre el pedestal, activando el botón rojo.

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Emmanuel Macron entra en «la salle rouge des passions» con Marie LePen. Caminan hasta el centro de la sala mientras discuten enérgicamente. La discusión termina cuando LePen le recrimina: “¡Cállate y bésame!”. Entonces ambos comienzan a besarse con morritos de piñón y sacando la lengua. Una hora y media después, llevados por la pasión, Marie decide apoyarse sobre el pedestal de piel y terciopelo y pulsa el botón rojo con el culo.

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Emmanuel Macron entra en «la salle rouge des passions» acompañado de Amelie. Caminan hasta el centro de la sala. Macron comenta: “Y agquí el ugtimo lugar del toug. Desidí escondeg el botóng nuglear paga que nadie lo tocaga pog equivocasión”. Frente a ellos, el pedestal del botón rojo está cubierto por un saco lleno de legumbres. Amelie no lo puede resistirlo y mete la mano, pulsando el botón rojo.

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Emmanuel Macron entra en «la salle rouge des passions» vestido con un pañal, un gorrito y un sonajero de bebé. Se posa frente al pedestal con su cara maquillada con tonos rosas y pecas. “¡Magditos papagazzis! Egsto no puegde salig a la lusg”. Pulsa el botón rojo.

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Dos obreros con mono azul entran en «la salle rouge des passions» transportando una caja de grandes dimensiones con una carretilla. Uno de los obreros le dice al otro: “Lo que oyes, se han negado a dejar esto en el Louvre y, por eso, nos hacen traerlo hasta aquí. ¡Manda macarons!”. Llegan hasta el centro de la sala y dejan caer las paredes de la caja. Se descubre una estatua de Macron desnudo con una hoja de parra tapándole sus partes. Ambos obreros se quedan mirando fijamente mientras uno de ellos dice: “Pues poca hoja de parra veo aquí”. Una de las paredes de la caja cae sobre el botón rojo, activándolo.

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Rémi Gallard entra en «la salle rouge des passions» y pulsa el botón rojo.

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Emmanuel Macron entra en «la salle rouge des passions» con Pedro Sánchez. Caminan de costado a pequeños pasitos mientras no paran de darse la mano, palmadas en la espalda y abrazos. “¡Yo tengo más carisma!” —dice Sánchez sonriendo forzosamente—. A lo que Macron responde: “¡Gindete o pulsage el bogtón!”. Dos horas después Macron pulsa el botón mientras Sánchez sigue dándole la mano.

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Zinedine Zidane y Emmanuel Macron entran en «la salle rouge des passions» acompañados de un grupo de colegas de la universidad. Zidane va dando toques con la cabeza a un balón mientras todos cuentan: “¡Nueve mil novecientos noventa y siete! ¡Nueve mil novecientos noventa y ocho! ¡Nueve mil novecientos noventa y nueve!”. Entonces Macron le pone la zancadilla y Zinedine cae sobre el botón rojo. Macron se gira hacia sus colegas y les dice: “¡Aha! Veigs, os log dige que no segía capagz, sogtad la pagsta mamonasos”.

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Emmanuel Macron entra en la sala «la salle rouge des passions» junto con Álex López Arnal, el escritor de este artículo humorístico. Caminan hacia el centro de la sala mientras Macron comenta: “He leigdo tu agticulo ¿¡Pog qué togos los fangseses hablan nogmal menos yo!? ¡¿Pog qué!?”. Álex contesta: “Ya… Es una licencia creativa porque sería infumable si todos los personajes del artículo hablasen así. En fin, Emmanu, ¿me haces el favor de pulsar el botón rojo para darle a esto un final todavía más metadiscursivo y sin ningún tipo de sentido?”. Emmanu asiente y pulsa el botón rojo.

Álex López Arnal
Álex López Arnalhttps://alexlopezarnal.com/
Álex López Arnal (Castellón, 1987) es redactor creativo y humorista. Uno de sus logros más destacados es seguir con vida.

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