Sin ningún orden en concreto, facilitamos un decálogo de decisiones (bienaventuradas) a tener en cuenta para convertir lo que podría ser un maravilloso día, en un .
- PONER LA ALARMA AL MÁXIMO VOLUMEN. Nada como despertar con tu música favorita a todo volumen. Si no vas a la discoteca, no te preocupes, ella viene hacia ti.
- DESPERTAR CON EL PIE IZQUIERDO. El primer paso es el más importante del día, y si puedes hacerlo descalzo y con el suelo frío. Esta sensación que te llevas.
- DUCHAR CON AGUA FRÍA. Venir del suelo frío y pasar al agua congelada es todo un acierto. Menos más menos es igual a más. Pura matemática.
- TOMAR EL CAFÉ SIN AZÚCAR. ¿Quién a esas alturas no incluye la harina blanca como dieta en sus desayunos?
- LLORAR POR LAS MALAS DECISIONES DEL DÍA ANTERIOR. Expulsar es renovar. Te sentirás mejor, pero no te vengas arriba que mañana habrá otros asuntos por los que llorar.
- SALUDAR AL VECINO. Nada como la sonrisa y esos “buenos días” sarcásticos de alguien ajeno a ti para empezar el día con alegría. De terceros, pero alegría al fin y al cabo.
- VESTIR CON UNA PRENDA DESPAREJADA. Esa sensación de no ir a la moda. Solo la conoce quien rompe las reglas. ¿Eres un anarquista de la moda? ¡Lo qué pensábamos!
- OLVIDAR LAS LLAVES DE CASA / COCHE / GARAJE. Cerrar la puerta de casa y la mano a la cabeza. Gesto universal del despistado. Vuelve a la casilla de inicio.
- PISAR LA MIERDA DEL PERRO DEL VECINO. ¿Te acuerdas del vecino que te saludo con su sonrisa de emprendedor? Pues será el mismo que te dará las “Buenas noches vecinito” mientras vuelve del paseo con su perro.
- VOLVER A LLORAR POR LAS DECISIONES TOMADAS AL DESPERTAR. Repite contigo mismo: “Expulsar es renovar”. Hazlo una vez cada 30 segundos y te sentirás como nuevo.
Han sido 10 pequeñas decisiones y aún no son ni las 9 de la mañana.
¡Buena suerte! Tienes por delante un precioso día…
