10 cosas que te delatan como pobre

Escalar en la pirámide social es complicado pero no imposible. El pobre es pobre porque quiere y el día que eres consciente de esta realidad empiezas tu camino hacia el éxito y la prosperidad. Una subida al Everest no exenta de riesgos en la que te encontrarás con problemas que ni te imaginas.

Al haber sido pobre gran parte de tu vida tu cerebro se configura para hacer frente a adversidades relacionadas con conseguir y mantener sustento, una casa y, al igual que nuestros antepasados, desarrollas habilidades para escapar de los depredadores. En este caso, hacienda.

Una vez que alcanzas la cima te das cuenta que debes cumplir con unos estándares sociales para los que la escuela pública no te había preparado. Puedes ser todo lo rico lo que quieras pero hay algo que nunca podrás comprar: la aceptación de los pijos (y un dinosaurio)

Si no quieres convertirte en el típico rico excéntrico que los ricos de bien ignoran en las fiestas, debes evitar cometer estos errores que te delatan como un nuevo rico, o viejo pobre, según como lo mires.

  1. Limpiar y/o recoger antes de que llegue al servicio. No hay nada más de pobre que tener conciencia de clase. Si le pagas a alguien para limpiar tu mierda no trates de parecer humilde ni organizado delante de una persona a la que le das igual. Déjalo todo por medio para que su trabajo se note más y tu esclavo pueda sentirse realizado.
  2. Saberte el nombre del servicio. Pregúntaselo el primer día y finge olvidarlo siempre. Ponle un mote o apelativo “cariñoso” y dile “te voy a llamar así porque te pega más”. En la medida de lo posible, siempre que hables en entornos de ricos, haz referencia a esa persona como “la chica” o en su defecto “la muchacha”
  3. Preguntar el precio. No deberíamos ni tener que aclarar esto.
  4. Comerte un canapé sin preguntar que lleva. Por mucha hambre que tengas, por mucha comida que haya, por mucho que recuerdes la zapatilla de tu madre y los momentos de en “el plato no se deja comida”, no aceptes la bandeja sin más. Pregunta que lleva, mira con asco y comenta lo suficientemente alto que tú eso no te lo comes. Tu abuela se está revolviendo en su tumba pero debes afianzar tu status.
  5. Tomar tus propias decisiones. Eso sí que es de pobre. De pobre y de mediocre. Necesitas: un coach que te anime a seguir luchando por tus sueños, estilista que te disfrace para encajar en un entorno al que claramente no perteneces, asesor financiero que te diga donde invertir (y un día te robe todo y provoque tu ruina) y, otro asesor pero espiritual. Este punto vendrá determinado por lo progre o conservador que decidas ser, pudiendo elegir entre: cura, maestro budista, monje tibetano, yogui o tarotista.
  6. Negar la meritocracia. Una vez que estás ahí, en el lugar donde se construyen los sueños, comprobarás que te rodean historias de superación de gente que empezó desde abajo…en la empresa de papá. Asume que están ahí por méritos propios y nunca cuestiones que todos, incluidos los pobres, partimos del mismo sitio y depende únicamente de nosotros alcanzar la cima.
  7. Tener una sola casa. Necesitas mínimo: dos casas iguales o parecidas, una para ti y otra para que se la quede tu ex en el divorcio. La casa de la playa, un apartamento para organizar fiestas a espaldas de tu pareja y vivir en la falsa irrealidad de que eres joven y una casa de campo para organizar almuerzos en familia los domingos después de haberte pasado el sábado en una orgía de sexo, alcohol y drogas. No olvides comentar con otros ricos la existencia y ubicación de estas casas y quéjate de lo barato que está todo y lo mal que se está poniendo la zona alta desde que dejan entrar a cualquiera.
  8. La negatividad. Las personas negativas se mantienen pobres, porque piensan que salir de la pobreza es imposible. Esto lo he copiado de un artículo de internet titulado “Hábitos que te mantienen pobre”
  9. Comprar a plazos. Toda tu vida has soñado con tener un frigorífico Nofrost que no haga frost en cuanto te descuidas o un coche que despierte la envidia y no las risas a su paso por el barrio. Ahora que puedes permitírtelo no se te puede ocurrir pensar que será mejor no pagarlo de una vez “por si surgen imprevistos”. Ya no hay imprevistos en tu vida. Los imprevistos son cosas que les ocurren a los pobres porque no saben ahorrar y se lo gastan todo en cosas innecesarias.
  10. Tener una sola fuente de ingresos (este también lo he sacado del artículo) diversifica tus ganancias siempre confiando en la experiencia y buen hacer de tu asesor. De esta forma, el día que huya con el dinero tendrás algo que comentar con el resto de ricos estafados y te convertirás en el centro de atención porque, ahora sí, serás la única persona que sepa como llegar a fin de mes sin dinero.

Y recuerda siempre que no se trata tanto de lo que eres como de lo que pareces. Sigue estos consejos y entierra tu pasado de pobreza junto a los amigos y familiares que pueden arrastrarte de nuevo a la mediocridad y la miseria.

Zulay Monterohttps://zulaymontero.com/
Zulay Montero estudió Periodismo por culpa de su libro favorito de pequeña: Sheila la Magnifica, en el que una niña creativa (y un poquito mentirosa) montaba un periódico durante un campamento de verano. Con el tiempo, la realidad de los medios de comunicación fue rompiendo sus sueños hasta hacerla caer en el lado oscuro de la publicidad. Ahora está de vuelta, retomando su pasión y dejando salir su auténtica voz: irónica, cruel y satírica, esa que se escondía tras la máscara de pretendida cordura que construyó para encajar. También es fan de cantar mal por la calle, estudiar filosofía para que su vida sea aún más absurda y trabajar en marketing mientras monta una ONG de comunicación solidaria. Pura contradicción e hipocresía.

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